Pese a la continua intensificación del bloqueo de Estados Unidos durante 55 años, Cuba logró un desarrollo en materia de salud que le permite incrementar su colaboración en África occidental, afectada hoy por la epidemia del ébola.
Cuando el próximo 28 de octubre la Asamblea General de Naciones Unidas se pronuncie por vigésimo tercera ocasión sobre esa política de acoso de Washington, 256 profesionales cubanos se encontrarán reforzando las labores de contención del mortal virus en ese continente.
En respuesta al llamado de la Organización Mundial de la Salud, desde principios de octubre un contingente de 165 profesionales cubanos trabaja en Sierra Leona, mientras otros 38 brindarán su servicio en Guinea y 53 en Liberia.
Ante la emergencia sanitaria, la isla decidió mantener sus 32 brigadas médicas en el llamado continente negro, integradas por cuatro mil 48 colaboradores, de ellos, dos mil 269 médicos, incluido Sierra Leona con 23 y Guinea con 16 cooperantes.
La presencia cubana en las naciones afectadas ha permitido, además, articular un plan de acción de los países integrantes de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA), con el propósito de enfrentar la epidemia y evitar su propagación.
La Cumbre extraordinaria de ese bloque regional, celebrada el pasado 20 de octubre en La Habana por iniciativa del presidente venezolano, Nicolás Maduro, posibilitó coordinar estrategias para el enfrentamiento a la emergencia sanitaria con acciones preventivas.
Cuba se ha visto obligada a desarrollar su sistema de salud bajo la hostilidad de Estados Unidos, que dificulta su acceso a intercambios científicos, la adquisición de equipos y medicamentos, y obstaculiza su comercio con terceros países.
Según estimados del Ministerio de Salud Pública, el pernicioso bloqueo solo el pasado año ocasionó a ese sector afectaciones por más de 66 millones de dólares y un daño humano y social invaluable dada la imposibilidad de acceder a insumos de última generación, tecnología, conocimientos y otros recursos.
Los daños inciden fundamentalmente en adquirir medicamentos, reactivos, piezas de repuesto para equipos de diagnóstico y tratamiento, instrumental y otros insumos, en mercados alejados, haciendo necesario recurrir a intermediarios e incrementando innecesariamente los gastos en el sector.
Sin embargo, la isla presenta hoy reconocidos avances en el área de la salud y las investigaciones médicas, y exhibe un envidiable sistema que permite la atención de salud de toda su población, incluso en las regiones más apartadas, y despliega su vocación solidaria en más de 66 naciones del mundo.
Cerca de 132 mil profesionales cubanos han brindado colaboración sanitaria a otras naciones desde 1963, y actualmente permanecen en esas labores más de 50 mil cooperantes, de ellos 25 mil médicos, mientras mantiene una tasa de galenos por habitantes comparable a la de países del primer Mundo.
Bajo preceptos humanistas y elevada ética y calificación profesionales, en los últimos 50 años los centros de enseñanza superior de Cuba graduaron más de 125 mil médicos, fundamentalmente de países del Tercer Mundo pero también estadounidenses.
Cabe preguntarse entonces cuánto más podría hacer Cuba por el mundo de no sufrir los rigores que le impone hace más de medio siglo la genocida política unilateral de Washington.