De la Yihad Siria/Iraquí a Iguala: Un llamado ético a la vida

Caribe Hoy

Finalmente el pasado viernes, el procurador general de justicia del gobierno mexicano, informó que los 43 normalistas secuestrados en Iguala, estado de Guerrero, México, fueron asesinados. No solo fueron asesinados sino que antes fueron torturados y quemados, y luego de acabar con sus vidas, fueron echados en un vertedero público.  Fueron 43 jóvenes cuya profesión era una muy digna y honesta: ser maestros.

Este acto de barbarie que implica al gobierno municipal de Iguala, a su exalcalde José Luis Barca, como también a miembros del cartel de narcotraficantes de Sinaloa, deja mucho que decir de la vigencia del estado de derecho, su efectividad, reconocimiento y legitimad, en México.  Para todos los que componemos a la humanidad, y en particular  a los que residimos en continente Americano, lo que pasó en México no es aceptable, hay que repudiarlo enérgicamente, y sobre todo hay que lograr que se haga justicia contra los implicados.

Mientras esto pasa en México, en los estados soberanos de Siria e Irak, en el levante y mediano oriente, las fuerzas de Estado Islámico, se han hecho de vastas porciones del territorio de esto países, y desde el pasado mes de junio reclamaron haber constituido un Califato.  Es decir, un estado nacional independiente adherido a las creencias de la fe Musulmana, reminiscente de otro momento histórico que nos circunscribe al Siglo 6.

Si de algo el Estado Islámico se ha guiado es de su voluntad de asesinar o destruir toda fuerza humana o simbólica que se oponga a su forma de ver y creer en el Islam.  Se trata de un tipo de islamismo fundamentalista, dentro de la corriente Suni, el cual es muy radical, y transgresor de todo orden de entendido plural o diferenciado.

Hace tan sólo una semana, el Estado Islámico entró en una comunidad de Irak, y asesinó a 100 miembros de la misma, simplemente por no querer adherirse al tradición islámica que estos profesan. El fin de semana anterior, es decir hace dos semanas, el Estado Islámico asesinó a 150 miembros del ejército sirio, capturados en combate en el norte de dicho país.

En otras palabras, el Estado Islámico cree en un orden jurídico que promueve abiertamente la pena de muerte, y sobre todo que se opone a todo principio entendido en la humanidad a partir de la Segunda Guerra Mundial.  Sus actos están muy cercanos de constituir  crímenes de lesa humanidad y genocidio a la luz del derecho internacional público.  Y sin lugar a dudas el tratamiento que le dan a los capturados en combate,  es en violación a las múltiples convenciones de trato a combatientes capturados a partir de la convención de Ginebra de 1949.

En fin, que tenemos que rescatar un discurso y práctica ética en toda la humanidad que reclame el respeto a la vida y a la dignidad humana. La experiencia de Iguala, así como lo que hoy sucede en Siria e Irak no es aceptable. Devolvámosle a la vida un su valor ético.