Energìa constructiva

Caribe Hoy

You are what you think; you attract what you think;

your life is a product of your thought and belief;

and nothing in the world can change this fact. To alter your life the only single course open is to alter your thinking!

Uell S. Andersen.

Three magic words.

Invertimos horas, días, meses y muchos años entreteniendo el pensamiento de  todo aquello que nos produce tristeza y nos lleva por el camino de la amargura. Usamos el corto espacio de tiempo de esta vida alimentando pensamientos de derrota y dolor.

Muchos llenamos  nuestros espacios de ocio con pensamientos de catástrofes y hasta en plena celebración de la vida nos atormentamos con angustias ya sucedidas o forjadas en nuestra mente para un futuro. Historias de relaciones pasadas o futuras, de amores presentes o deseados, de historias de fracasos que bien serían buenos guiones para cientos de películas de horror.

 

Hacemos análisis de deseos no realizados y defendemos nuestros dolores cargándolos como escudos casi eternos. Escudos que nos empeñamos en usar, a pesar de que no nos proveen ni un minuto de alegría, pero aparentan protegernos de penas que aún no han llegado. Reflexiones diarias llevadas por años, sobre lo que queremos que suceda y al instante siguiente todo lo que lo echa por tierra y lo impide. Tanta energía usada en historias o películas que no nos inyectan la felicidad deseada. Cuentos creados por nosotros que perpetúan la desesperanza y la desilusión regodeándonos en la tragedia.

 

He conocido personas que dedican partes del tiempo del día a construir en sus mentes todo lo que puede salir mal en una situación cualquiera y aún en las que han salido bien, lo que pudo salir mal como si fuese un juego mental divertido. Cometiendo a diario el absurdo de alimentar el lado pesimista, catastrófico de la vida y acto seguido querer que se materialice el lado positivo.

 

Siendo esta la realidad de tantas mentes que  invierten su energía de vida escribiendo una película de horror de poca o ninguna oportunidad de mejoría o cambio. Yo pregunto, qué les parece si nos comprometemos a usar de manera mas productiva nuestra mente y energía de manera que traiga la posibilidad de la felicidad a la que tenemos derecho.

Para lograrlo propongo hacernos consientes de la vida interna de nuestra mente, es decir de nuestros pensamientos, hacernos consientes es estar atentos a lo que pensamos. Estoy segura que muchas personas sí hacen un ejercicio de análisis de sus pensamientos se horrorizarían de lo que están pensando y entenderían -por qué las cosas les salen tan mal. Cuando hacemos un ejercicio como este nos percatamos del gran basurero de pensamientos que estamos teniendo cuando al mismo tiempo estamos intentando hacer algo que deseamos.

 

La eterna disyuntiva de muchas personas que conozco es decir lo que desean y acto seguido_ si, pero como yo sé que eso no va a pasar-  y en un minuto  construyen un drama esquizofrénico imposible de solucionar. Acto seguido son recompensados y todo queda igual. Lo interesante es que luego se quejan de que la vida no les trae nada. Pienso que la vida no actúa sola, para que nos traiga algo y nos abra las puertas nosotros tenemos que hacer nuestra parte. Pensándolo bien, qué función tendría todo, para qué estamos aquí entonces, cuál es nuestra participación, sino tuviéramos trabajo alguno que realizar.

 

Nada se mueve sin que se piense antes, nada sucede en la materia en el mundo físico sino lo imaginamos antes, el pensamiento es la gran constructora de lo que llamamos realidad. Por ello es tan vital que estemos pendientes y limpiemos nuestros pensamientos de desechos.

 

Sugiero que solo pensemos lo que de verdad deseamos que suceda y no entretenernos en pensamientos de derrotas y cataclismos.