Propiedades mágicas de la Piedra de luna

Espiritualidades
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Llamada también ojo de pez u ojo de lobo, la PIEDRA DE LA LUNA (selenita ó adularia), tiene la composición química de un fedelpasto (silicato múltiple de aluminio, potasio, sodio y calcio) de color blancuzco opalino. Su escasa dureza no permite un pulido acabado, por lo que no alcanza precios importantes en el mercado de las joyas, ya que además se raya fácilmente.

Como particularidad, presenta un fenómeno óptico denominado adularescencia, que consiste en una serie de reflejos nacarados de efecto lunar, que le valieron su nombre; dado que este efecto se aprecia únicamente cuando los rayos de luz pasan en cierto ángulo a través del plano de clivaje, la adularia o piedra de la luna sólo puede ser tallada en forma de cabujones, generalmente redondos.

Por eso se dice que tiene una facultad muy especial. Tal vez es la única piedra capaz de captar los estados de ánimo de las personas y las energías que impregnan un ambiente determinado y manifestarlo cambiando ligeramente de matices. Si la energía que desprende la persona con la que está en contacto es positiva, la Piedra de la Luna siempre muestra unas tonalidades azules o violetas mucho más intensas, con más luminosidad y viveza.

Si la energía que desprende la persona es negativa, la Piedra de la Luna pierde su brillo intenso y su luminosidad y se oscurece hasta adoptar unas tonalidades más grises o pardas. De esta manera detecta nuestra energía, nuestra luz interior, nuestra luminosidad como personas. Cuanto mayor es el resplandor azulado o violeta de la adularia, mayor es la energía positiva que desprende la persona con la que está en contacto. Lo mismo sucede con los ambientes. La adularia es capaz de cambiar sus tonalidades y luminosidad dependiendo del ambiente en el que se encuentre. A mayor energía positiva del entorno mayor luminosidad y colorido.

Así es como esta piedra tan peculiar nos anuncia que algo no funciona correctamente dentro de nosotros o que nos hallamos inmersos en un entorno nocivo. Se convierte de esta forma en un perfecto detector y en un ávido mensajero de señales. Cuando la Piedra de la Luna nos avisa hay que estar alerta. A la Piedra de la Luna no se la puede engañar.

Ella siempre nos ilumina de alguna manera con ese brillo de luz de luna que parece apreciarse reflejado en su superficie. Por eso se piensa que durante las noches protege de las pesadillas y durante el día es capaz también de defendernos de los personajes hostiles que actúan en la oscuridad de la noche. Además se la considera una piedra sagrada que otorga buena suerte.

En algunos lugares se la denomina "piedra de la madre tierra" porque protege contra la esterilidad y las dificultades del parto haciendo que las mujeres sean fértiles y los nacimientos felices. De ella se dice también que otorga poder para leer el futuro si se coloca en la boca durante la luna llena y constituye una de las gemas predilectas para inducir trances. Hay quienes la utilizan para evitar la obesidad y parece ser un amuleto bastante utilizado contra el egoísmo.

Es receptiva y atrae el amor; usa o lleva una, para atraer el amor a tu vida; en una noche de Luna llena y bajo la luz del satélite, rodea una vela rosada y visualízate en una relación amorosa. También es apreciada por su capacidad de resolver problemas entre los amantes, en especial aquellos que han peleado amargamente. Sostén una piedra de la Luna, cárgala con vibraciones de amor, y désela a su afligida pareja; lo mejor de todo, es que puedas compartir este ritual con él o con ella, intercambiando piedras, logrando así entre los dos curar con su amor la relación. Durante los actos adivinatorios se usan cuentas o pendientes de piedras de la Luna; los psíquicos utilizan piedras de la Luna con sus naipes de tarot o piedras mágicas, para aumentar su capacidad psíquica.

Una esfera de cristal de cuarzo también se rodea con estas piedras antes de comenzar a observarla para adivinar el futuro. Esta piedra se lleva o se usa en rituales designados a renovar o mantener una actitud juvenil (ésta última puede resultar más convincente que la apariencia externa). Si lo que se desea es perder peso, quizás la piedra de la Luna pueda prestar un poco de ayuda con esto.

A causa de sus asociaciones con la Luna, que provoca el Sueño, la piedra muchas veces se coloca debajo de la almohada, o se usan, para ir a la cama, cuentas de piedras de la Luna para asegurar un sueño tranquilo. Esta piedra muestra un carácter netamente femenino y acuático, por lo que propende a facilitar todo lo relacionado con la meditación, el sueño, la memoria y los poderes de telepatía y clarividencia.

Ésta, al igual que la perla, contribuye a serenar las reacciones emotivas violentas, permitiéndose así alcanzar planos más elevados de la realidad, e incorporarlos a nuestra conciencia. En el plano subconsciente forma excelentes combinaciones con la malaquita, ya que mientras esta última elimina los bloqueos provocados por esquemas anacrónicos, la adularia calma los estados emocionales emergentes del proceso de cura.

Es la piedra ideal para la meditación, para aquellas personas apocadas o temerosas, pero que buscan denodadamente un desarrollo armónico entre el cuerpo físico y los cuerpos sutiles. Se utiliza fundamentalmente en los chakras base y plexo solar. Sin embargo, el blanco es también la frecuencia cromática asociada con el chakra de la corona, por la cual la selenita puede usarse sobre él para energizar los centros curativos más elevados, aunque no reviste tanta eficacia en los cuerpos sutíles más densos.

Crédito foto: Merinmotapaco, Wikimedia Commons, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by/3.0/deed.en)