Buenos Aires- La XV Cumbre Social del Mercado Común del Sur (Mercosur) culminará hoy en la provincia argentina de Mendoza, después de dos días de intercambios en los cuales participaron alrededor de 800 representantes de ocho naciones.
Además, temas referidos a género; ambiente; salud, comunicación social; afro-descendientes; pueblos originarios; soberanía alimentaria; economía solidaria; cultura y pensamiento latinoamericano; migrantes y diversidad sexual. El Congreso Social del Mercosur fue oficialmente inaugurado anoche por el ministro argentino de Relaciones Exteriores y Culto, Héctor Timerman, quien advirtió sobre la existencia de grupos políticos que buscan abortar el proceso integracionista latinoamericano.
Nunca hubo un avance en la integración tan exitoso como el actual; "el problema es que van a tratar de descarrilar uno a uno los proyectos que estamos construyendo", subrayó el canciller.
Refiriéndose a la situación en Paraguay, apuntó que el viernes pasado vimos como un proyecto popular fue puesto a un costado ante el avasallamiento de un orden constitucional, pero ese día (el presidente Fernando) Lugo no estaba solo, Paraguay no estaba solo, enfatizó.
Timerman destacó también la necesidad de un foro como esta Cumbre Social porque muchas veces los pueblos estuvieron solos al momento de ver como los gobiernos populares electos caían para dar lugar a procesos que traían la miseria.
"Estaban solos, argumentó, porque los demás pueblos no podían interactuar con quien resultaba golpeado; pero esta vez no pasó con el pueblo paraguayo".
Timerman ratificó además que "somos solidarios con los pueblos de toda la región. Podemos tener retrocesos, pero vamos a estar unidos".
A la apertura oficial del encuentro asistieron el ministro de la secretaría General de la Presidencia de la República Federativa de Brasil, Gilberto Cavalho, y el gobernador mendocino, Francisco Paco Pérez, entre otros.
Del foro participan unos 800 representantes de autoridades y organizaciones sociales de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Chile y Venezuela, quienes también condenaron el golpe de Estado contra Lugo y abogaron por su urgente restitución en el cargo.