El ajedrez ginebrino sobre Siria

Caribe mas alla
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

Moscú - La resolución final de la conferencia internacional sobre Siria, celebrada en Ginebra, es vista hoy en esta capital como el resultado de una difícil partida de ajedrez entre Rusia y Occidente para buscar un consenso sobre el país levantino.

En su encuentro aquí con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en vísperas del foro ginebrino, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, reiteró que los sirios eran los únicos con derecho a decidir su destino, sin intromisión foránea.

Tal posición estuvo entre las más defendidas por Moscú en Ginebra, frente a los intentos de Washington y Londres de llevar a cabo el chantaje político de negarse a participar en la conferencia, si se introducía una enmienda rusa contra los intentos intervencionistas.

Estados Unidos y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte encontraron en la ciudad suiza una posición conjunta de Rusia y China para evitar cualquier mención en el documento final sobre la salida del poder del presidente Bashar Al Assad y su entorno.

Precisamente, tal posición de la jefa del Departamento de Estado creó fuertes debates entre los participantes del encuentro, en el cual Rusia logró buscar una posición intermedia entre esta nación y Occidente respecto al diferendo en el estado levantino.

Sin embargo, pese a que, finalmente, todos los participantes lograron un consenso sobre el tema sirio, como en otras ocasiones, les fue imposible con ello lograr al menos la reducción de la violencia en la nación mesoriental, comentan medios de prensa en esta capital.

La posición rusa prevaleció en la conferencia de Ginebra, al lograr mantener el derecho del pueblo sirio a determinar su destino político, sin las planificadas declaraciones de Washington de que la actual dirección siria debía abandonar el poder.

Claro que la reunión de la ciudad suiza, de la cual se ausentaron Irán, Arabia Saudita, Jordania y Libia, también excluyó importantes iniciativas rusas, cuyo rechazo constató las verdaderas intenciones de varias capitales occidentales en el conflicto sirio.

Así, el llamado de Moscú a prohibir cualquier venta ilegal de armamento, tanto al ejército gubernamental sirio como a las formaciones armadas, quedó fuera del texto final.

Tampoco fue posible incluir en la resolución ginebrina una disposición avanzada por Rusia de permitir a los participantes en la mencionada reunión un acceso directo a la información sobre Siria.

Pese a que Occidente exige a otros de forma incansable la libertad de expresión, prohíbe o impide, según el caso, a sus medios de difusión la muestra de imágenes filmadas por la televisión estatal siria, destaca aquí el diario Rossiskaya Gezeta.

El vocero oficial de la Cancillería, Alexander Lukashevich, recién denunció que en un ataque contra un canal privado de televisión sirio, con una posición patriótica y en busca de una visión alternativa a la de Occidente, se atentó contra la prensa y no precisamente contra personas concretas.

Además, lamentó la posición de algunas naciones de la Liga Árabe al abogar por la suspensión de las transmisiones de los canales sirios en los satélites regionales.

La prensa rusa señala también que quienes se encargan de financiar y pertrechar a grupos armados en Siria, podrían buscar ahora un esquema similar del caos como el que heredó Iraq, tras la invasión de tropas estadounidenses y británicas, en marzo de 2003.

Cada vez son más frecuentes las acciones violentas de carácter religioso que podrían enfrentar a representantes de diferentes confesiones en el estado levantino, opinan analistas.

La partida de ajedrez jugada en Ginebra, al menos en el tablero, permitió a Rusia defender puntos claves del diferendo sirio y mostró las verdaderas intenciones injerencistas de algunas naciones occidentales, pero parece bien alejada de lo que ocurre en el terreno.