Tinaja brava

Creativo

Ayer nadé contra la corriente. Acechaba mi retoño encaramado al peñasco.

El frío bravío lo reclusó. Pegó su trinco a la humedad en piedra..

Entre todos izamos su entrega.

“Dale que tu puedes. ¡Salta, la caída es segura! Aquí abajo por tí espero.”

 

Lloró. Mudó el resto de su vida a ese rincón donde clavó pánico sus pies.

 

Después de tanto miedo, recordó sus rodillas encaramar el peñón hasta sentir sus brazos volar.

Miro abajo, miro al cielo. Trincó sus dientes. Inhaló profundo.

 

Se dejó caer.

 

Desbordó su bravío. Desbordó su brilló a los ojazos del manantial. Quiso volver a escalar.

 

Era mi hora de partir.