Joaquín Phoenix es El Joker

Voces Emergentes

altParalelo a los méritos que esta película Joker, y su protagonista puedan tener y que son muchos, ha habido recientemente múltiples ataques contra la misma por considerarla diabólica, o muy violenta, pero en realidad la película es un baldazo de agua fría. Te connmociona.

Tiene escenas crudas, pero más violenta es John Wick que estuvo mucho tiempo en cartelera y los sectores fundamentalistas no la criticaron. Y es que cada vez que una película aglutina tanto, por lo maravillosamente profunda que es , que obliga a que pensemos acerca de la actualidad, sectores fundamentalistas lanzan sus opiniones y mandatos para sabotear la misma.

Los ejemplos de películas de este tipo son múltiples: Ágora de Alejandro Almenábar, que de hecho estuvo en Netflix y la sacaron muy rápidamente por ser una película histórica en la que los primeros cristianos matan a una filósofa que fiel a la mentalidad matemática y científica que poseía no se convertiría al cristianismo, algo obligatorio en la Alejandría de ese siglo IV. The Golden Compass, de Chris Weitz, trata de un mundo paralelo en donde el genio de las personas toma forma de animales y se trata de intervenir con los niños para quitárselos y con esto, desproveerlos de su creatividad y de desarrollar su propio pensamiento crítico. Y, claro está, una de las que mayores críticas que tuvo fue Avatar, de James Cameron, pues al sector fundamentalista religioso se le unió la milicia estadounidense para repudiar la película acusándola de antipatriótica.

El Joker parece aterrar precisamente a estos grupos, pero por razones diferentes. ¿Cuál es el mensaje de esta película y por qué los que la atacan ofrecen tan pobres razonamientos? Estos dicen que es cosa del diablo, que no es lo suficientemente buena, que no la voy a ver porque no me gusta el mensaje del criminal porque matar es siempre algo malo, que van a venir los copycats y los criminales tendrán más ideas, que desatará una ola de violencia, etc… Ante esta sarta de disparates, no tuve más que reaccionar y recordar un cuento de Vicente Palés Matos, hermano de Luis Palés Matos, La aventura de Fray Gonzalo de Betanzos (Viento y espuma-1945) en el que el diablo se le aparece al fraile para hacerlo dudar de su fe en la perfección de la creación divina. Sin embargo, y por como se desarrolla el cuento, resulta que quien decía la verdad no era el fraile, sino el diablo. El cuento no es otra cosa más que la representación del choque cultural europeo contra el indio. La arrogancia del fray en no querer aceptar la realidad del nuevo territorio le traería consecuencias nefastas. Este maravilloso cuento nos presenta la figura del demonio como aquello que se rechaza o se teme por no querer conocerlo mejor. En el caso que nos ocupa, el personaje que interpreta magistralmente, Joaquín Phoenix, trae un mensaje necesario para todos y es el cuidado de los pacientes mentales que la misma urbe o sociedad producen. La crítica más pertinente no puede ser. El plan de salud de Obama se está desbaratando y el estado no quiere hacerse responsable de los criminales que por su indiferencia, producen. No desean que las personas vean lo importante que son muchas cosas: el cuidado del paciente mental, la morbosidad de los medios de comunicación que por tener pauta hacen lo que sea (bullying social), y el control al acceso de armas de fuego. En otras palabras esto es mucho con demasiado para los detractores del Joker. La urbe aleja al ser humano de su ambiente natural, aunque la riqueza puede sembrar acres de excremento de cerdos en granjas de Carolina del Norte. Para colmo, el personaje de Arthur (Joker) va a servicios mentales y una psicóloga o trabajadora social siempre le hace exactamente la misma pregunta: ¿Cómo te hace sentir esta situación? Esto como si no hubiera un recuento o la persona no leyera o no se interesara verdaderamente en lo que está ocurriendo con el paciente que ya no se medicaría porque les han quitado los fondos para sus medicinas… La película, por tanto, también presenta la lucha de clases en ese mundo paralelo que no está lejos de la realidad social y de la aparición de criminales con enfermedades mentales tan comunes como las masacres en las escuelas y universidades. La película nos hace temer al futuro cercano. También hay una crítica a la mentira de los políticos que quieren poder y dicen: “Prometo resolver el problema”, pero el problema dista en sus planes de una solución cercana o justa. Es una lástima que estos sectores fundamentalistas hagan como en el pasado hizo la inquisición, e intenten destruir aquellas cosas qué jamás entendieron. Esperemos que en este caso ni la reputación ni el buen nombre de uno de los mejores actores de Hollywood, Joaquín Phoenix, se vean afectados negativamente. Mientras, con todo respeto a la diversidad de opiniones, la gente que quiera seguir repitiendo lo que escucha y no quiera sentirse mal yendo al cine, que no vaya a ver la película.

Estamos viviendo en un mundo muy parecido a Ciudad Gótica, y el Joker representa la locura en la que se nos va a dirigiendo si no se toman acciones proactivas para impedirlo. Si algo hay que “demonizar” es la falta de misión-visión social que lleva al desarrollo de sociópatas, mientras los poderosos meten sus cabezas como el avestruz, bajo la tierra, construyen cárceles y sanatorios mentales, y culpan al diablo de todos los males que su indiferencia crea. Bravo por DC y que sus personajes sigan dando de qué hablar.