La Gran Fiesta [San Juan, 1943] en la gran mirada [Puerto Rico, 2020]

Cine caribe

altEs simplemente, una película extraordinaria. Me tomó 34 años verla. Pero finalmente la vi. La gran fiesta es el largometraje basado en la ficcionalización de un momento de la historia de Puerto Rico, mejor logrado. Me quito el sombrero ante la obra de esos dos grandes del cine nacional, Marcos Zurinaga (director y productor) y Roberto Gándara (guionista y productor). La Gran Fiesta (Dir. Marcos Zurinaga, Puerto Rico, 1986) es un filme completo, total nos recuerda Eugenio María de Hostos.

La película narra la última noche del Casino de Puerto Rico, bajo manos puertorriqueñas. Edificación construida en el 1913, para albergar las actividades sociales de una burguesía en tránsito, de la soberanía española a la norteamericana de principios de siglo, que intentó construir un castillo a la entrada del viejo San Juan, para recordar el pasado. Pasado que nunca volvería a ser. Se les fue. Por eso es que 30 años después, en el 1943 [dato histórico] el gobierno federal expropió el edificio en medio de la Segunda Guerra Mundial, para albergar el club de oficiales de guerra de dicho país. Cosas del destino. Y sin protesta, y bailando, la burguesía nacional venida a la miseria, le hace entrega en el filme del edificio al final de la fiesta.

Pero lo que pasa antes de la fiesta y durante la fiesta es como diría la [in]querida e [in]nombrable, todo un "bochinche". La historia de la trama, es mejor que cualquier novela turca contemporánea. Supera en la violencia simbólica a las novelas colombianas. Y la crisis de pareja y su eventual reconciliación, es mas creíble que las novelas mexicanas hechas en Miami.

¿De qué trata la historia? La historia nos narra de trasfondo el conflicto bélico de la Segunda Guerra Mundial y la persecución de los no ciudadanos, de los perseguidos por el House Unamerican Activitites Committee (HUAC). En ese, el gobierno de los EE.UU. a través de la oficina de Fiscalía Federal y la Corte de Distrito Federal en la isla, persiguen a los no-ciudadanos. Se trataba también de los comienzos del FBI bajo la dirección de John Edgar Hoover.

Pero, las intrigas adicionales eran los del movimiento político de derecha y anexionista, de la Coalición, opositores a todo lo que fuera reformismo bajo la dirección del entonces gobernador Rexford Tugwell. Éste, liberal, reformista y precursor del estado asistencialista en Puerto Rico, tenía de oposición a la clase intermediaria boricua desesperada por no fracasar económicamente, ante el empuje de la guerra y la llegada del modelo económico por incentivos (preámbulo de la Operación Manos a la Obra de 1950). Finalmente, como todo en Puerto Rico, la historia de amor entre Juan Carlos (Daniel Lugo) y Rita Inés (Laura Delano) quienes en la fiesta habrían de anunciar su matrimonio. Pero cosas veréis.

Por lo tanto en tres historias que se entrecruzan, se vive la gran mirada. Esa, la mirada (el gaze nos recuerda Michel Foucault). Una mirada continua, sin palabras que va narrando la película, mientras bailamos, mientras nos traicionamos, mientras nos reconciliamos, y más que nada mientras somos felices. En la intriga en el plano político contra el ascendente Partido Popular Democrático dirigido por Luis Muñoz Marín, asociados con Tugwell, pero desacreditados por la Coalición (Partido Republicano Socialista).

Mientras el gobierno federal intenta apresar a los españoles aún comerciantes en la isla, quienes se confunden con la Coalición para desacreditar a Tugwell/Muñoz Marín e intentar controlar un estado benefactor en ciernes bajo un fuerte presupuesto de seguridad social para la clase trabajadora. Todo esto, mientras los hijos de los coalicionistas, en amor y desamor, se traicionan y se reconcilian.

En fin, que tiene un reparto extraordinario. Entre otros, Daniel Lugo (José Manuel), Rita Inés (Laura Delano), Raquel (Cordelia González), Vázquez (Miguel Angel Suárez) y Adolfo (Raúl Juliá). Solo por ver un guion casi perfecto (guionista Ana Lydia Vega y Roberto Gándara), y actuaciones memorables en un mundo recreado de 1943, la película vale la pena ser vista hoy 34 años después.

Como no todo es perfecto, la película juega de forma ligera con el tiempo real. El dato de Ruth Fernández cantando con la Orquesta Panamericana (cameo de un pietaje original donde se introduce el nombre de la orquesta en la batería que tocan), no es correcto. La Orquesta Panamericana de Lito Peña (el padre de Cuco Peña, quien hace la música de la película) se fundó en el 1954; y es cierto que Ruth Fernández cantó con dicha orquesta, tiempos después, Summer Time. En el 1943 ya Ruth Fernández había pegado la canción "Cuando vuelvas" (de Mirta Silva), la cual se canta en la película, pero no con la Orquesta Panamericana, la cual no existía aún.

La película se debe ver en paralelo a La Grande Belleza (Dir. Tony Sorrentino, Italia, 2013) o The time of the gypsies (Dir. Emir Kusturica, antigua Yugoslavia, 1988). Pero si se quiere quedar local, vea la serie fílmica Una boda en Castañer (Dir. Raúl García, Puerto Rico, 2015 ) y Otra boda en Castañer (Dir. Raúl García, Puerto Rico, 2019); ambas películas locales hacen igual de extraordinaria a la Gran Fiesta.

Se trata de una película exquisita. Deben verla. Gratuita en las redes sociales. Tiempo para verla en familia. Extraordinaria. Gracias Roberto Gándara y Marcos Zurinaga, gracias.