Campesinos paraguayos sin tierra reclaman casi 784 mil hectáreas

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Los campesinos sin tierra paraguayos reclamaron ayer oficialmente al gobierno casi 784 mil hectáreas para resolver la grave situación de miles de familias que viven en carpas en todo el país.

La demanda fue entregada personalmente durante una entrevista con Federico Franco, quien ocupó la presidencia de la República tras la destitución congresional del mandatario constitucional, Fernando Lugo, y la solución del problema abarca a 35 mil 846 familias rurales.

Una carpeta presentada por los dirigentes de la Liga Nacional de Carperos incluyó copia de 106 expedientes con solicitudes de compra, expropiación o recuperación de terrenos, muchos de ellos malhabidos, nunca resueltos por las autoridades u obstaculizados por poderosos intereses.

Evidentemente preocupado por la inminente ocupación de tierras acordada por los defraudados contingentes de labriegos, el gobierno hizo una nueva promesa de resolver a la mayor brevedad algunos de los casos mas relevantes con mas concentración de labriegos.

Entre ellos, se encuentra el caso de Ñacunday, con casi cinco mil campesinos que se declararon listos para invadir el latifundio de un empresario acusado de apropiarse ilegalmente de 15 mil hectáreas mediante una titulación obtenida irregularmente.

También el de Campos Morombí, escenario en el pasado mes de junio de un desalojo que terminó con 11 campesinos y seis policías muertos y donde un exsenador del Partido Colorado resultó acusado de mantener en su poder miles de hectáreas correspondientes al Estado.

Otros casos urgentes identificados son los de la zona de Mariscal López en el departamento de Caaguzú y el de una hacienda situada en Santa Rosa del Aguaray, departamento de San Pedro, también indicados como expresión de ilegalidades favorecidas por jueces y fiscales, según los denominados carperos.

Los próximos días serán decisivos para comprobar si el Ejecutivo acomete en realidad la compra de parte de esas tierras para entregarlas a los campesinos, única forma al parecer viable para conjurar los peligros de la explosiva situación en el campo paraguayo.