Ser negra no es una ecuación sencilla como para la raza más favorecida en el mundo y en la isla, la raza blanca. Todas y todos sabemos la influencia que tienen el racismo y el machismo en la moral de los individuos del país; poniendo a la mujer negra en una posición algo difícil. Siendo mujer y siendo negra; dos luchas en una realidad absurda. Después de todo, no hay Censo que niegue lo que el ojo percibe, en Puerto Rico somos negros con algunos blancos.
La Universidad de Puerto Rico ha cumplido con una de sus misiones y visiones, el de educar a esas y esos más desventajados para que así estas comunidades logren dejar su voz registrada en la mente colectiva puertorriqueña y humana. Muchas grandes figuras se hicieron y se hacen intelectuales en este sistema educación superior puertorriqueña.
Este es el caso de la joven artista, negra y universitaria Deyaneira Lucero Maldonado quien está en su bachillerato en Humanidades en la Universidad de Puerto Rico en Humacao. Para ella, el camino andado ha sido uno de retos desde pequeña. En entrevista, Maldonado describe su crecimiento y formación como un proceso transicional. Donde primero vez que tu color es diferente, luego escuchas chistes seguidos de comentarios y entonces te encuentras en una situación donde la razón de molestia tiene que ver con tu color de piel o facciones de negra. Es ahí que surge una pregunta; “¿Ah, mi color es controversial?”
Es por esta pregunta que crecen niñas que crecen amando las facciones de las blancas porque blanca es sinónimo de belleza, decencia y elegancia. Gracias a los movimientos feministas y activistas negras y negros; jóvenes como Maldonado han escuchado una voz pública que resuena con la voz lógica y de amor propio en sus cabezas haciendo el empoderamiento de la mujer negra un movimiento aún más fuerte en este proceso de aprender a entender que ser negras no es un maldición, pecado o aberración de la naturaleza. Que son únicas al igual que su belleza.