El oficio de la poesía

Crítica literaria
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Mucho se ha escrito sobre el oficio de la poesía. Tanto que podría rayar en decir lo que algunos ya habrán dicho, pero eso no importa porque yo no pretendo escribirlo como se hace un poema: originalmente, si no en palabras llanas repetidas. Hay en estos momentos un afán de ser poeta para ser popular y ser admirados, que asusta. La afirmación más errada de este tipo de escritor es decir que no leen a otros para no contagiarse.

Yo solo me pregunto, ¿puede un atleta ser buen atleta si no practica diariamente, o un músico tocar su intrumento sin haberlo afinado y sin haber practicado para dominar su melodía? Tal vez lo logre ocasionalmente, pero no todas las veces.

Para ser un poeta de oficio he aprendido que hay que:

  1. Leer los clásicos literarios. La historia es importante porque nos muestra el estilo de otros poetas, su técnica.
  2. Leer de otras materias: historia, ciencias, economía, tecnología, arte, etc. Una cabeza llena de ideas está llena de posibilidades creativas.
  3. Leer a los poetas laureados de la actualidad: nacionales e internacionales. Conocer estilos y tendencias de quienes podrían ser tus pares.
  4. Saber amar tu oficio por el oficio mismo, por amor al arte, pues no importa lo popular que seas, el tiempo solo conserva lo mejor de cada periodo.
  5. Medirse en certámenes reconocidos, de vez en cuando, para saber cuanto vamos creciendo.
  6. Retrasar el libro hasta estar seguros de su calidad. Trabajar los textos y luego trabajarlos más y más.
  7. Escuchar con cuidado las críticas y a los aduladores. Agradecer los comentarios y preguntarse quién es el que los hace.
  8. Conocer y dominar la ortografía del idioma. No publiques con errores, pues con errores te recordarán.
  9. Tener un mentor. Un poeta de oficio que te guíe y te dé taller hasta estar listo.
  10. Participar de las lecturas poéticas y también observar.
  11. Encontrar la voz propia y evolucionar apropiándonos de la poesía.

El oficio de la poesía se trata de un reto constante y vital, de un estilo de vida; no de un mero capricho. El poeta nace en cuanto comienza a ejercitarse para pulir sus versos y lo logra.