(San Juan, 9:00 a.m.) El Partido Nuevo Progresista (PNP) solo alcanzó la victoria en lo que se refiere a la gobernación. Esa gobernación, donde todo indica que el candidato a ser certificado en propiedad es el nominado temporeramente Pedro Pierluisi, les da ciertos derechos y atributos a manejar un presupuesto de sobre $9 mil millones de dólares. Pero también les da otras garantías y atributos, entre otras, nombrar jueces al Tribunal Supremo, así como dirigir la política pública del país. Salvo en la gobernación, en anda más ganaron o tienen mayoría absoluta.
Bajo ese cuadro, el PNP pasó una nueva ley electoral el verano pasado, que solo ellos entienden. Bajo esa ley, todo indica que el beneficio inmediato ha sido la victoria por ellos alcanzada a la gobernación. Pese al verano del 2019, y la cultura creada de “la generación del yo no me dejo”, el PNP obtuvo una victoria, que los deja en el poder. Con eso en mente, el proceso electoral establecido se va a mantener un cuatrienio más toda vez, que no teniendo control de la legislatura, de forma total o parcial, la ley no se podrá modificar salvo que sea por consenso.
De otro lado, ante la pandemia que no termina del Covid-19, el país se sumerge en una pesada crisis, que nos está exponiendo a los límites de la operación médica en la isla. Hoy casi todas las camas disponibles en hospitales están ocupadas, y se rebasó el uso de las camas de las unidades de cuidado intensivo. Hoy hay crisis en el sistema de hospitales del país.
Y ante esta crisis, el PNP se inventa un nuevo plebiscito para probar que el del pasado 3 de noviembre lo ganaron. ¿en serio? No es posible tolerar más su sentido de impertinencia ante las necesidades y problemas del país.
Se está acercando el día de protestar. Tal vez el momento sea la sesión extraordinaria pautada para la última semana del años cuando estos desean nombrar a un nuevo juez al Tribunal Supremo y legislar un nuevo plebiscito. ¿Será que estas navidades la trulla será combativa? Pensemos.