Bueno, bueno. Realmente entre ver la telenovela de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), entre el Honorable Francisco Rosado Colomer (el presidente) y los cinco comisionados (de cada partido que participó y eligió personas a las legislatura o alcaldías y a la gobernación), o ver a Jackie Chan, preferí lo último. Ambas producciones eran cómicas, pero la de Chan por lo pronto era ficción. La CEE, cuerpo de dirección democrática, ha reflejado el peor caos electoral en la historia del país, donde todas y todos son responsables. Mientras, Chan, nos hace reír de sus tonterías.
En una antigua película, The spy next door (Dir. Bryan Levant, EE.UU., 2010), se presenta un filme para toda la familia entre unos vecinos, donde la vecina Gillian (Amber Valletta) sale con el vecino, Bob Ho (Jackie Chan) y ambos pretenden tener un romance normal, si no fuera por el racismo y desprecio de los hijos de ella.
Asi las cosas, ella se tiene que ir a cuidar a su padre en el hospital, y le encarga la tropa de hijos a Ho/Chan. Este alegadamente es un vendedor de bolígrafos retirado. Pese a que en realidad es un agente/operador activo de la CIA. El resto es una comedia bien pensada para fortalecer la familia, desde la lógica de la inclusión, eliminación del discrimen y racismo, y sobre todo la tolerancia a la diversidad.
Me reitero, entre la telenovela de la CEE, la cual terminó hoy sin “capítulos finales”, y ver a Jackie Chan, opté por lo segundo. Chan ha dado una consistencia en un cine comercial, que solo produce dinero, mucho dinero, y es la figura cinematográfica mas conocida del mundo. Mientras, el presidente y los comisionados, todos, son un problema nacional con el cual tendremos que lidiar en este cuatrienio que hoy comienza. La película tiene un acierto: la hace a usted olvidar de la politica local en Puerto Rico.
Véala a su discreción.