Breve homenaje a ADÁL (1948-2020): boricuismo y ciencia ficción

Crítica literaria
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La fotografía fue su medio principal, pero no el único. Adál se distinguió igualmente en la producción de libros de arte, objetos de arte, vídeo y, para no dejar de hacer, el teatro musical. Se movió con igual soltura entre artistas activos en los márgenes como entre las celebridades del espectáculo.

Nelson Rivera

Artista gráfico, performero, fotonovelista, videoartista, promotor de la cultura, en fin, digamos: El Artista Adál Maldonado. Formó parte de ese -otro- Renacimiento Cultural Puertorriqueño en New York desde los ’70.

Rafael Acevedo

El Puerto Rican Embassy/El Spirit Republic de Puerto Rico tiene Pasaporte, Embajadores, Himno Nacional, Manifiesto, hasta un Space Program. All the documents that define a citizen. Lanzamos la nueva idea del Puerto Rican Embassy. Para seguir con el spanglish le puse El Puerto Rican Embassy. Lanzamos la idea con una exhibición en Kenkeleba Gallery en Lower East Side. Introdujimos el pasaporte y los embajadores. Miriam Colón (embajadora del teatro), Willie Colón (embajador de la salsa), Clemente Soto Vélez (embajador de la cultura), Miguel Algarín (Embajador de la poesía).

ADÁL

I

A partir de una cita de Che Melendes, “La peqeña burgesía literada a obtado por los santos i la siensia fixión,” salta de la página la pregunta que el ensayo de Che, “La locura y el neomistisismo” (2016), contesta en afirmativo: ¿son la ciencia ficción y la santería escapismos de la posmodernidad boricua? Desde un neologismo, “fugólatras,” Che añade a la respuesta afirmativa —sí, lo son— una diferencia que lo aleja aún más de los “fugólatras”: la búsqueda de “salbasión personal,” la cual, para el poeta-filósofo de Río Piedras, no existe, “ no ai,” ya que “nos salbamos juntos o nos undimos todos.”

II

Muro de contensión; el primer párrafo de “La locura y el neomistisismo” (2016) deja caer la bomba:

“ABRO cualesqiera dos textos de las últimas décadas, i se desprende ese fantasma: el miedo. Estamos enfrentándonos con el terser milenio. Se agota el siglo beinte, de tantos auspisios. La peqeña burgesía literada a obtado por los santos i la siensia fixión. Cuando Lezama i Borges imbentaron eras imajinarias e importaron de todos los altares derrotados por los imperios (menos, abrá qe conseder, de los propios) todas las efijies caídas supliéndole una eráldica al mundo de los sueños qe proyegtaban (Borges i Lezama an digitado nuestro sine latinomericano sin cámaras); jamás imajinaron qe trabajaban para cobardes.”

El estruendo que provoca esa descarga ensayística —¡cobardes!— sacude, como era de esperar, la biblioteca. De las estanterías más altas cae Fúgate (1995), libro de cuentos de Marta Aponte Alsina; la complicidad entre el posthumanismo y el feminismo (según Verónica Davila Ellis) le saca fuego a la prosa. La intensidad literaria —entre “Madam Bovirtual,” cuento feminista de Fúgate, y el ensayo, “La locura i el neomisticismo”— se desborda, chorreándose en breve sobre el escritorio que encuadra la biblioteca.

Abierta de par en par, la primera novela de ciencia ficción boricua, Exquisito cadáver (2002), traza una empatía, desde su aparente quietud, entre el posthumanismo, el budismo zen y la santería.

Los “fantasmas” del “miedo” actualizan sus bitácoras.

III Imantación fotográfica

En pleno ajetreo libresco sale a relucir la existencia de un microuniverso cienciaficcional fotográfico-literario insospechado, del que emana, porque la literatura gira alrededor de la fotografía (y no al revés), tensión grafocéntrica (y ello a pesar de que la fotografía de ADÁL está muy ligada a la escritura). Vórtice. El espacio de la biblioteca se dobla.

Imantado hacia la fotografía de ADÁL, el cuento de José E. Santos, “El ‘Terminator’ boricua” (2007), se deja chupar por la ciencia ficción de la cámara fotográfica. Desde esa imantación fotográfica, se impone la tesis de Matthew Goodwin en “Ciencia ficción: la perspectiva de Adál Maldonado” (2015).

IV Centralidad fotográfica

 Después de preguntarse si el arte puede ser ciencia ficción, Goodwin encuentra en las series fotográficas de ADÁL, Puerto Rican Embassy (1994), Out of Focus Nuyoricans (1996) y Coconauts in Space (2004), dos narrativas emblemáticas de la ciencia ficción: la narrativa del científico loco y la de las historias secretas.

V Fotografía y ciencia ficción: el científico loco proimperialista

Según la narrativa del científico loco, la identidad de “El doctor Ocula” que ADÁL construye no da lugar a confusión. Ocula es, siempre siguiendo a Goodwin, el doctor que “cura” la política filosa nuyorican de estar “fuera de foco”; una subjetividad política limítrofe, fronteriza, híbrida, que no cabe —¡ni quiere caber!— en la subjetividad dominante usamericana. Y ello porque para El doctor Ocula, asesor de asimilacionistas y anexionistas boricuas, “curar” significa mantener la subalternidad colonial.

“El doctor Ocula” es un terrorista de derecha, miembro de los “Bodega Bommers” que explotan latas de Café Bustelo con el fin de destruir la etnoidentidad que la fotografía endosa como política nuyorican.

VI Fotografía y ciencia ficción: narrativa de las historias secretas

En Coconauts in Space, la NASA encubre una historia importante, según ADÁL: en 1963, seis años antes que Estados Unidos llegara a la luna en 1969, los coconautas boricuas habían alunizado.

Crítica de la fotografía al revisionismo histórico, subraya Goodwin, por encubrir historias reales, como el “genocidio de los indígenas americanos,” “el colonialismo en Puerto Rico” o los logros boricuas, como son las “migraciones heroicas.”

 La documentación cienciaficcional del alunizaje de los coconautas es una historia secreta que “no cambia el mundo,” pero que visibiliza un encubrimiento mayor, según ADÁL y Goodwin: la asimétrica relación EEUU/PR.  

VII Orbita cuentística: centralidad fotográfica y libertad literaria

Como ciencia ficción, “El ‘Terminator’ boricua” plantea un viaje en la máquina del tiempo al pasado (1898), desde el presente (2095), para resolver, con ayuda del futuro (2198), el problema colonial de Puerto Rico.

Ciencia ficción y conexión transhistórica. La literatura gira alrededor de la narrativa del “científico loco” y de las “historias secretas” que instauró la fotografía, y en el proceso las reescribe. En vez del científico loco, surge, como fusión de la ciencia y las humanidades —dos hermanos: el científico y el profesor—, el científico cuerdo y comprometido (afectiva, nunca ideológicamente) con la política libertaria del hermano profesor de humanidades, cuyo viaje al pasado tiene como objetivo lograr la independencia de Puerto Rico al cambiar de raíz la Guerra hispano-cubano-americana de 1898.

 Transformación de las “historias secretas” en LA HISTORIA SECRETA, constituida por el mensaje que envía, en inglés, el Ultimo Independentista desde el año 2198 para abortar las elecciones de 2095, en las que va a ganar la anexión. Efecto que, a diferencia de la hazaña de los coconautas, “que no cambia el mundo,” puede “trastocar el orden universal.”

VIII A modo de conclusión: microuniverso cienciaficcional

La literatura se hace cómplice de la fotografía, a la vez que, ejerciendo su libertad discursiva, el cuento empuja la crítica más allá de la crítica a la colonialidad del ser (nuyorican/puertorriqueño) planteada en Coconauts in Space.

El “’Terminator’ boricua” se nutre de la ciencia ficción fotográfica para agenciar algo más dramático —“trastocar el orden universal”— que el alunizaje boricua silenciado por el “consenso manufacturado” (Noam Chomsky) en la metrópoli: desmontar las raíces del imperialismo usamericano que Mark Twain condenó en el momento de su surgimiento en la Guerra hispano-cubano-americana de 1898.

 Desde la afirmación de la “nación boricua que, en su obra, Adál plasmó en mapas, pasaportes, objetos e imágenes, para no dejar duda de su existencia concreta” (Nelson Rivera, “In memoriam,” 2020), “El Spirit Republic” de “El Puerto Rican Embassy” imanta la ciencia ficción literaria de “El ‘Terminator’ boricua” para catapultarla a los orígenes históricos del colonialismo usamericano, y resolver, de una buena vez, la transición apocalíptica del colonialismo al anexionismo.

IX Coda

Desde el ensayo, los “fantasmas” del “miedo” de “La locura y el neomisticismo” se  topan con el poema de Yván Silén, “Vomito a Dios” (2012): “Cienciaficciono todo el universo, toda la carne y todos los orgasmos de Psiquis.” El clic (asincrónico) de la cámara de ADÁL se transforma en su primer libro: Evidence of Things Not Seen (1973).