Fin de Trump, inicio del fascismo USA [bajo Biden y el Partido Demócrata]

Política

(San Juan, 1:00 p.m.) No hay razón para que la izquierda, el independentismo y la derecha boricua apoyen la repuesta que el Partido demócrata y los liberales de los EE.UU., han tenido a los sucesos del miércoles 6 de enero en el Capitolio federal. La respuesta de la derecha y liberales en los EE.UU. ha sido promover un régimen de terror, de censura y sobre todo de “limpieza” de todo lo que no coincida con ellos. En otras palabras, la respuesta de estos es igual o peor que los cuatro años de la presidencia de Donald Trump. La pregunta, es porque nos adherimos a la posición de ellos.  Es patético.

Lo primero que hemos validado en este momento es que el mundo privado controla nuestros derechos civiles. Por lo tanto, hemos aplaudido sin ser críticos, que las redes sociales, las cuales son simplemente de los mil millonarios del mundo, determinen que ideas son validas o no.  Patético.  Es decir, promovemos la censura a partir de los ricos, de los poderosos y de los que controlan la información que circula hoy en la humanidad. Me tengo que oponer.  Prefiero escuchar lo que Donald Trump tenga que decir, a permitir que Mark Zuckerberg determine que ideas el autoriza o no autoriza. De igual forma me opongo a que Michelle Obama, determine censurar a quien, en el mundo de lo privado.

Es interesante que salvo Edward Snowden, exoperador de la CIA y perseguido por el gobierno de los EE.UU. por delatar la guerra sucia en las redes sociales, sea el único que hoy abiertamente se opone que se censure a Trump.  Si somos hoy radicales tenemos que permitir la diversidad de ideas, y la tolerancia a nuestras diferencias. O como diría el fenecido Fidel Castro, expresidente de Cuba, en la guerra de las ideas hemos de prevalecer.  Pero esto se hace debatiendo.

Lo interesante es el coro de los “secuaces” boricuas, tanto en la izquierda como en la derecha que hacen silencio o aplauden la censura.  El mundo del futuro no podrá ser así, pues debe pensar que la democracia es un derecho fundamental.  Por lo tanto, hay que repensar este momento, pues como bien apunta Snowden, el 6 de enero marca el inicio de la dictadura fascista del capital digital. Ahora ellos son el gobierno que controla la humanidad y determina que ideas podemos escuchar y cuáles no. Pensemos.