Convoquemos a una Asamblea de Pueblo Permanente por la descolonización y la Soberanía Nacional Boricua [¡es urgente!]

Política

(San Juan, 12:00 p.m.) Varias organizaciones cívicas y proyectos políticos han convocado una Asamblea de Pueblo por la Descolonización y la Soberanía Nacional Boricua que se llevará a cabo el próximo miércoles 20 de este mes a las 10:00 a.m. en el lado norte del Capitolio.  Esperamos estar allí.  Sin embargo, al parecer, una gran mayoría de nuestro pueblo no ha entendido la urgencia de lograr lo antes posible la descolonización de nuestro país y poder restaurar nuestra soberanía nacional boricua ya.  Aun cuando toda la podredumbre social, política y económica que nos agobia no es producto directo del sistema colonial, la mayor parte de ella sí lo es.  El problema estriba en que esa grave descomposición del tejido de nuestra sociedad es ocultada tras el manto tenebroso de la ineficiencia gubernativa y, por lo tanto, el culpable principal, que es el carcomido sistema colonial, queda intacto vivito y coleando. 

No obstante, cada día más y más personas se percatan de esta relación directa entre nuestros males estructurales y la inoperancia del modelo colonial que nos han impuesto los Estados Unidos desde que nos invadieron ilegalmente el 25 de julio de 1898.  Y ése es en realidad nuestro más urgente desafío.  El de eliminar ese sistema explotador y oprobioso lo antes posible.  Para lograrlo sólo hay una alternativa realista y viable.  Ésta es conformar una Asamblea de Pueblo por la Descolonización y la Soberanía Nacional Boricua. 

Todo lo demás es puro sueño de verano.  Al hacer este llamado a todo el País, los grupos y proyectos participantes de esta convocatoria tienen la esperanza de dar inicio a un proceso educativo a través del cual se pueda crear suficiente consciencia ciudadana que propicie un funcionamiento efectivo de este instrumento político no partidista.  La Asamblea del Pueblo deberá tener un carácter permanente y reunirse al menos una vez por semana para tratar temas relevantes a la grave crisis que nos agobia.  Algunos de estos asuntos podrían ser:

  1. ¿Qué hacer frente a los planes de la Junta Dictatorial de Explotación Colonial de obligarnos a pagar la deuda odiosa, lo que traerá mayor pobreza y pauperización para el País?
  2. ¿Qué puede hacerse desde la sociedad civil para eliminar el grave problema de corrupción pública y privada que existe en la cultura política?
  3. ¿Cómo podemos, desde esa misma sociedad civil, resolver los profundos y serios problemas que existen en nuestro sistema de educación y de salud?
  4. ¿Cuáles son las tareas que como comunidad nos corresponden realizar con relación a nuestro desarrollo económico solidario en un país cuya soberanía ha sido usurpada por la potencia invasora?
  5. ¿Cuál debe ser la estrategia adecuada y efectiva para lograr la descolonización y restauración de nuestra soberanía nacional boricua lo antes posible?
  6. ¿Qué sugerencias pueden hacerse, desde la Asamblea de Pueblo, para atajar los graves problemas de criminalidad, desempleo, deserción escolar, violencia social y crisis de salud mental que son plagas sociales nuestras?
  7. ¿Cuáles son las limitaciones que el actual sistema colonial nos impone para poder lograr una superación eficiente en todos los campos requeridos para lograr rebasar este estadio de subdesarrollo generalizado?

Existen muchos otros asuntos que una Asamblea de Pueblo por la Descolonización y la Soberanía Nacional Boricua puede atender.  Pero por lo pronto podemos comenzar con algunos de los anteriormente planteados.  Lo que sí es cierto es que si no los asumimos urgentemente ello provocará un mayor deterioro de toda nuestra estructura social.  De modo que, éste no es el momento para seguir escarbando las heridas que han ocasionado la gran fragmentación política que nos mantiene divididos en una multiplicidad de partidos, sectores u organizaciones.  El tiempo histórico se ha cumplido y ya el pueblo exige mayores compromisos de sus líderes políticos, sociales, cívicos, religiosos y comunitarios para poder trascender esta funesta etapa de subordinación política y económica en la que hemos estado cautivos por más de 510 años.  Ya es hora de que nos demos a la tarea de asumir nuestra responsabilidad histórica como país.  Y para ello no existe otro recurso a la vista que esa Asamblea de Pueblo que hemos convocado para comenzar el miércoles 20 d enero de 2021 a las 10:00 a.m. en el lado norte del Capitolio.  Nuestro pueblo no puede estar cuatro años más sin resolver el grave problema de estatus colonial.

El pasado plebiscito no es la herramienta adecuada para encauzar este eterno asunto.  Ese plebiscito estuvo cargado solamente a una de las alternativas, la cual no es descolonizadora en sí, porque la estadidad es en realidad la culminación del colonialismo.  Esa opción representa la asimilación política a los Estados Unidos y la desaparición de nuestra cultura nacional boricua.  Los proyectos aprobados por la pasada administración, de la cual el actual gobernante es cómplice, están encaminados a atosigarle a nuestro pueblo la estadidad a como dé lugar.  Ambas resoluciones, la 1605 y la 1674 pretenden forzar un proceso que la mayoría del País ha rechazado constantemente.  El problema con esos dos proyectos de estatus es que actualmente no existe en la nueva legislatura colonial el poder suficiente para pasar por encima del veto del gobernador en caso de que se apruebe alguna legislación para tratar de bloquearlos.  El PNP aún tiene suficiente fuerza legislativa en ambas cámaras para evitar que esos dos cuerpos puedan ir por encima del veto del Ejecutivo.

Ante toda esta situación, la única alternativa que queda es que convoquemos esa Asamblea de Pueblo para organizarnos desde la calle, de modo que podamos generar suficiente fuerza cívica para detenerlos y obligar al Lic. Pedro Pierluisi a  no firmarlos.  En caso de que lo haga, entonces sólo nos queda el camino de lanzar una campaña de resistencia civil pacífica para forzar a todo el gobierno a renunciar a sus posiciones y que nombremos un gobierno provisional que lo sustituya bajo una Declaración de Libertad y Soberanía Nacional Boricua.  ¡Hasta la victoria siempre! ¡VENCEREMOS!