(San Juan, 1:00 p.m.) En la penumbra de sus días, los EE.UU., vive momentos muy interesantes. En particular, si uno no tiene ninguna afinidad emocional con ellos. La guerra civil nunca se terminó en dicho país. Simplemente mutó, y a partir de ahí, Donald Trump ha capturado el espíritu y fuerza de dicha guerra inconclusa.
El problema de la guerra civil de 1861 a 1865, es que cuando dicho país vivió ese momento, no tenían territorios coloniales de ultra mar. Esa es la diferencia hoy esencial. Que territorios coloniales como Puerto Rico, existen.
Con este cuadro, es importante entonces explorar que tendríamos que hace en Puerto Rico si por alguna razón los EE.UU. entran en una guerra civil. ¿Debemos comprar comida y apertrecharnos por un mes? ¿Debemos migrar? ¿Debemos de apoyar un bando u otro?
Posiblemente, si nos dejamos llevar por los informes de la oficina central del FBI en Washington, así como las oficina de varios de los estados de la federación americana, es algo problemática la situación. Estas oficinas llevan días, si no semanas, identificando amenazas contra la seguridad nacional de dicho país. Estos argumentan que pese a haber sido controlada la amenaza del pasado 6 de enero, el terrorismo doméstico, como han acuñado la categoría de exclusión a los que protestaron, es un amenaza que no ha terminado.
Pues la menor opción en este momento, en la eventualidad que haya una guerra civil en los EE.UU., es declarar la independencia de Puerto Rico. Que nadie se sorprenda, pero de haber un vacío de poder en los EE.UU, entre el 16 y 20 de enero de 2021, entonces la única opción para Puerto Rico es continuar por sus propios méritos y destino. Hay que declarar la independencia, como única opción viable. Es momento de entender bien lo que está pasando y actuar. Pensemos.