La última cena o la pregunta no contestada “¿mami, qué es lo que quiere el negro?”

Cine caribe

Se trata de un clásico del cine caribeño y latinoamericano. Un clásico, realmente hablando del cine cubano, de uno de los grandes dentro del circuito de los grandes: Tomás Gutiérrez Alea.  El genio, el gran Titón.  Cineasta de películas fundacionales, todas, que se convierte en culto de los seguidores del buen cine.

Con esa introducción hablemos de La última cena (Dir. Tomás Gutiérrez Alea, Cuba, 1976).  Se trata de un filme importante sobre la esclavitud en Cuba a fines del Siglo 18.  En ese momento, el Conde (Francisco Villagra) invita a sus esclavos a la representación de la ultima cena con Jesucristo. Todo esto en medio de la semana santa.

Los esclavos, confudidos, participan en la cena, tal si fueran los 12 apósteles.  No obstante, en un diálogo ético-moral, el Conde pide la sumisión a la penitencia terrenal, a la espera de la salvación eterna. Mientras los esclavos piden su libertad, y se gozan de la comida.  Todos participan, con limitaciones y entendimientos cualificados.

Al final, como era de esperar, la última cena era solo una cena. El Conde, al no honrar su palabra de darles libre el Viernes Santo, se ve cuestionado en la misma iglesia por los esclavos que ya se habían sublevado, pero han ido en su busca para que él honre  su palabra, lo cual no había hecho el capataz/mayordomo.  Así las cosas, en la sublevación, de los 12 esclavos-aposteles, 11 son decapitados. Solo queda uno, que como Ismael Rivera cantó y sugirió “huye Watinila, huye”.

Es un filme clásico. Es esencial para entender las relaciones de poder y dominación psicológicas del hombre y la mujer esclavizados.  Es una de las mejores películas de Tomás Gutiérrez Alea, pese a que la misma parece un tanto olvidada. 

Al final de la película queda claro, que el hombre y la mujer esclavizados lo que quieren es su libertad.  Solo en la huida se consigue.  A ver, sin restricciones, que está en las redes sociales.