Falsas libertades [cigarrillo, empoderamiento y género]

Voces Emergentes

 Durante la década de 1920, la marca de cigarrillos “Lucky Strike” necesitaban aumentar su demanda. Por este motivo George Washington Hill, presidente de la “American Tobacco Company”, contrató en 1929 a Edward Bernays (considerado como el padre de las relaciones públicas) para realizar una campaña publicitaría. El propósito era convertir a la Lucky Strike en el número uno en ventas de los Estados Unidos. De esta manera surgiría la campaña “Antorchas de la libertad”.

Esta campaña estuvo dirigida para que las mujeres consumieran tabaco, lo cual no era la normalidad de la época y que consumieran específicamente los cigarrillos mencionados, los cuales venían empaquetados en una pequeña caja verde. Mostraban a las mujeres más atractivas, libres, empoderadas al consumirlos y lo impulsaron como un reclamo a los derechos de la mujer. Los medios de entonces difundían la campaña que era recibida con gran prestigio por el público. Sin embargo, lo que le dio fuerza a esta campaña, fue la ayuda recibida por el “Movimiento femenino por la liberación”. Esta organización llevo a cabo una marcha (organizada por Edward Bernays) en la ciudad de Nueva York. En esta marcha las mujeres del movimiento y que eran captadas por los fotoperiodistas, sacaron la cajetilla verde de Lucky Strike, encendieron algunos de los cigarrillos para fumarlos y comenzaron a decir lo siguiente – Estás son nuestras antorchas de la libertad-.

El resultado fue el siguiente:

Provocó que un 25% de las mujeres en los Estados Unidos comenzaran a fumar y disparó las ventas de los cigarrillos Lucky Strike, convirtiéndolos en el líder de ventas de cigarrillos en los Estados Unidos a comienzos de la década de 1930.

Se preguntarán. ¿Cómo lograron esto? Sencillo, Bernays fue sobrino de Sigmund Freud (padre del psicoanálisis) y este le regaló un libro de su autoría titulado “Lecciones Introductorias al Psicoanálisis”, el cual estudió rigurosamente. Con las técnicas enseñadas en ese texto y con el conocimiento adquirido en sus estudios universitarios en periodismo y psicología, perfeccionó sus técnicas de publicidad para alcanzar este resultado.

Con esto no quiero atacar el consumo del tabaco, quienes me conocen saben que no estoy en contra de eso. Lo que quiero enfatizar es la manera que nos presentan unas ideas, cuando realmente tienen otro propósito.

  • Quienes nos gobiernan, moldean nuestras mentes, definen nuestros gustos o nos sugieren nuestras ideas son en gran medida personas de las que nunca hemos oído hablar-, fueron las palabras de Edward Bernays en su libro “Propaganda: cómo manipular la opinión en democracia” publicada en 1928.

En el presente ya no se utilizan cigarrillos, sino otros productos para producir un falso empoderamiento y representar nuevas ideas. A través de las marchas de diversos sectores y/o movimientos, con la representación de diversos artistas, comunicadores, influencers y quizás algún político, se impulsan nuevos productos para liberar a los “oprimidos”. Una falsa libertad que solo puede ser alcanzada en el consumo. Una falsa libertad que lo puede consumirse con el aborto, la educación con “perspectiva” de género (que de perspectiva no tiene nada más que la palabra) o exigiendo la dimisión de un mandatario. La realidad es que solo tiene el fin de generar ganancias a unas agendas económicas y políticas.

Económicas, por el mercado que crece en esta y que van dirigidos a grupos que trabajarán por remediar esta situación, pero que realmente no harán nada. Políticas, porque de una o de otra forma se imponen a la fuerza mediante leyes o estados de emergencias y que los ciudadanos pagaran por ella con sus contribuciones, aunque no lo quiera.

-Lo esencial es invisible a los ojos- es una frase de “El principito” que debemos tener presente en estos asuntos. Hay que tener cuidado con estos caminos que se hacen eco de caminos de vida y culminan siendo senderos de muerte. Una muerte a las libertades que conocemos, a los principios que nos fortalecen, sobre las verdades del razonamiento, sobre los valores de la familia, entre otros asuntos. Tenemos que tener en cuenta que no todo por lo que se lucha en la actualidad son para una causa justa y que son impulsados para un beneficio en particular. Debemos cuidarnos y estar alertas para que no molden nuestras conciencias y definan nuestros pensamientos a su antojo y conveniencia. De esta forma, seremos personas con propio racionamiento.

Si usted quisiera leer más información sobre este tema de las “Antorchas de la libertad” y de Edward Bernays, puede leer los siguientes tres artículos:

  • Bernays, el hombre que utilizó el feminismo para que las mujeres empezaran a fumar – El Español.
  • Antorchas de la libertad, por Julián Gallo para el periódico La Nación.
  • Edward Bernays y el arte de manipular, por el periódico El Mundo.