No a la colonia, si a la vacuna boricua - La Betances 1

Política

La colonia es en toda sus manifestaciones una imposición inherentemente violenta.  En la implementación y perpetuación del

régimen colonial, la violencia es la constante inexorable, es su consecuencia.  Se inflige violencia en todas las dimensiones de la nación boricua: a) económica, social, política, cultural.  Se inflige la violencia en la negación de las necesidades básicas del pueblo: a) empleo  digno y saludable; b) vivienda adecuada y saludable; c) alimentos saludables, d) comunidades ecológicamente y ambientalmente saludables; e) salud, entre otras.

            La garantía de que los derechos humanos de nuestro pueblo sean respetados es contrarios a la situación colonial de cada uno de nosotros y nosotras.   La única manera de poder tener los poderes económicos y políticos para tener la posibilidad de garantizar el cumplimiento del respeto de los derechos humanos de los boricuas es la independencia.

            Esto se hace patente ante la respuesta  desdeñosa e inepta que enfrentan los boricuas ante la Pandemia del Covid 19, en general y la diseminación y aplicación de la vacuna en específico. 

            Replicando lo que ocurrió luego de que el huracán María, la situación colonial, no permite que como una nación libre y soberana podamos implementar acuerdos de apoyo y solidaridad con otras naciones para adquirir los equipos de protección especial, alcohol, desinfectantes gelatinosos, en fin cada uno de los materiales de primera necesidad para proveer efectivamente las herramientas de protección para el pueblo en general.  La situación colonial nos impide establecer acuerdos de asistencia y asesoría médica y de salud pública que nos permitieran desarrollar modelos para enfrentar la pandemia que han sido mucho más efectivos en proteger la salud y vidas de otras naciones libres y soberanas.

            La camisa de fuerza que nos obliga a comerciar y transportar bienes y servicios con la marina mercante más cara del mundo, nos condena a pagar más caro por acceder a lo productos de primera necesidad para poder proteger la salud de nuestra gente.

             La situación colonial incide de la misma manera al imponer e implementar con sus administradores coloniales,  las políticas neoliberales que destruyeron el sistema de salud pública en nuestra nación.  Cuando los organismos mundiales de la salud reconocen que aquellos países con mejores sistemas de salud pública son los que pueden con más efectividad enfrentar la pandemia, nuestro pueblo, a raíz de las acciones de privatización del sistema público que emana de las políticas económicas impuestas en la colonia, tenemos un espejismo de un sistema de salud pública completamente privatizado.  Siendo una nación independiente, tendríamos los poderes políticos para poder determinar que la salud es un derecho humano y diseñar y desarrollar un sistema de salud público que hiciera real dicho postulado.

            Por otro lado, con respecto al acceso a la vacuna y a su distribución, es claro que dentro de las prioridades de la nación imperial de los EEUU, Puerto Rico no es importante.  Por ser colonia, no podemos establecer acuerdos de compra de la vacuna a naciones que están produciendo vacunas contra el COVID más baratas y con mayor efectividad que las que los EEUU están comprando y acaparando.

Por ser colonia, estamos a la merced de vacunas desarrolladas por compañías privadas donde la prioridad es el lucro  y no la salud de la gente.  Existen naciones donde el desarrollo de la vacuna contra el COVID tiene como uno de sus pilares la dignidad y la salud de la gente porque reconocen la salud como un derecho humano.  Pero debido a la colonia, no podemos hacer acuerdos con esas naciones y acceder a las vacunas que son más confiables.   Esto abona al escepticismo de sectores de nuestro pueblo, con razón debido a  la historia de experimentación sufrida por nuestro pueblo debido a la violencia colonial.

Otro aspecto que la situación colonial incide sobre la respuesta a la pandemia en general y la vacuna contra el COVID 19 en específico,  se relaciona con el hecho de que a pesar de tener la infraestructura  y conocimientos y profesionales para poder desarrollar nuestras propias medicinas y vacunas en la nación, al carecer de los poderes políticos económicos de una nación para implementar un plan nacional que se dedique a encauzar el desarrollo de esas medidas, no nos lo permiten tomar.  Siendo una nación soberana e independiente, con la infraestructura farmacéutica industrial   y conocimientos científicos de nuestro pueblo, Puerto Rico podría sumarse a las naciones que desarrollan sus medicinas y vacunas, para proteger a su gente y ser solidarios con el Mundo en general y Nuestra América en específico.

            Ser colonia es una afrenta y violación a la dignidad de nuestra gente y nos impide el que podamos ejercer e implementar las acciones necesarias para poder proteger la salud de nuestra gente y su vida.