Crisis fronteriza: ¿dónde parir en Haití o en República Dominicana?

Economia Solidaria

(San Juan, 1:00 p.m.) El presidente del Instituto Duartiano, Wilson Gómez Ramírez, propuso al gobierno que contemple, para detener “el corredor de paritorios de haitianas hacia la República Dominicana”, establecer tarifas de cobros por los alumbramientos de extranjeros en los hospitales nacionales.

Gómez Ramírez asegura que esa regulación desincentivará la masiva presencia de estas parturientas en el territorio local “y aliviará la pesada carga económica que representa para nuestro presupuesto de salud”.

Se refirió al tema al comentar la primera rendición de cuentas del presidente Luis Abinader, el pasado 27 de febrero, que lo consideró como positivo y esperanzador, desde el punto de vista de los intereses nacionales, porque a su juicio “apoyó en el ejemplo del padre de la patria Juan Pablo Duarte”.

El gobernante dominicano dijo en su discurso que el gobierno construirá hospitales de maternidad en el lado haitiano de la frontera, que puedan dar servicio a sus mujeres, en condiciones dignas y evitando la saturación de los servicios de salud dominicanos.

El primero de esos centros de salud se ubicará en Juana Méndez, Haití, frontera norte, donde ya tienen el terreno localizado y la aprobación en principio del gobierno haitiano y en los próximos meses se podría empezar la construcción con el aporte de la comunidad internacional.

“En el Instituto Duartiano, vemos acertada la idea, en lo que concierne a los hospitales que se contemplan para detener el exceso de partos de haitianas en República Dominicana y entendemos que, además, se debe de contar con la colaboración de la comunidad internacional para la construcción de estos centros maternos infantiles en Haití, que no necesariamente estén cerca de la frontera con nuestro país”, señaló Gómez Ramírez.

En noviembre de 2020, Abinader advirtió que el país “no puede y no soporta” financiar los partos de mujeres haitianas, muchas de las cuales se trasladan a territorio dominicano con el único propósito de dar a luz.

“La salud dominicana no soporta y no puede con la cantidad de (parturientas) haitianas”, dijo el mandatario en una entrevista televisada con el grupo de medios Corripio, con motivo de sus primeros 100 días en la Presidencia.

Según las estadísticas, durante el 2018 hubo 22,509 nacimientos de parturientas haitianas en hospitales de la región norte dominicana.

El presidente del consejo directivo de la clínica Unión Médica del Norte, doctor Daniel Rivera, explicó que en el 2019 los nacimientos registrados de esas damas representó una inversión anual de cinco mil millones de pesos (8,6 millones de dólares).

Reportes periodísticos del 3 de febrero del presente año revelan que, en el 2020, sólo en los hospitales de la red pública se realizaron 111,472 partos, de los cuales 80,768 fueron practicados a madres dominicanas; 30,332 a haitianas y 382 a parturientas de otras nacionalidades.

Eso equivale, señaló el doctor Mario Lama, director del Servicio Nacional de Salud (SNS), a que el 27% de todos los nacimientos ocurridos en centros públicos el año pasado fue de madres procedentes de Haití y 0.3% de otras nacionalidades, pero que si se segrega, hay regiones del país donde el 61% de los partos son de haitianas.

Haití y República Dominicana comparten una frontera de casi 400 kilómetros, donde son frecuentes las denuncias de tráfico de personas y contrabando de armas y animales.

Al menos 4,073 haitianas embarazadas entraron en República Dominicana en 2020, a pesar de que la frontera estuvo oficialmente cerrada nueve meses por la pandemia, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

El desplome de los hospitales públicos y centros de salud privados, muchos de insignificante categoría en Haití, está impulsando a muchas mujeres a cruzar de manera ilegal a territorio dominicano para parir en este país. Es una situación que data desde hace muchos años y que involucra una carga presupuestaria millonaria para el gobierno local.

El parto gratis es el imán que las atrae en masa a la República Dominicana. La mayoría nunca regresa a Haití porque grupos organizados haitianos las refugian en diferentes comunidades nacionales para evitar ser repatriadas.

Muchas son detenidas haitianas en los límites fronterizos por miembros del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront) cuando cruzan de madrugada, de manera clandestina, junto a otros compatriotas por los linderos de la comunidad La Vigía, en Dajabón. El destino final es dar a luz en hospitales de maternidad de Santiago, Mao, Montecristi o la capital dominicana.

El trasiego de parturientas, niños y adolescentes del vecino país se ha convertido en una práctica cotidiana que preocupa a autoridades dominicanas y a otros sectores. El 85% de los extranjeros que están en el país son haitianos, en su mayoría indocumentados, según los informes oficiales.

Al ser detenidas, las extranjeras imploran a los soldados para que les den una oportunidad de parir en hospitales dominicanos, alegando que en su país muchas veces tienen que recurrir a las comadronas o parteras, porque los hospitales “son un desastre”.