Cuando la vi por primera vez lloré. Tendría apenas 20 años. Cuando la volvía a ver por última vez habían pasado casi 40 años. También volví a llorar. La vi cuando vivía en Nueva York, y frente al cuadro desolador de El Barrio, así como el Lower East Side o el Bronx, decidí utilizarla como un instrumento de educación y organización política.
La operación (Dir. Ana María García, Puerto Rico, 1982) es unos de los documentales sociales y políticos más importantes jamás realizados sobre la historia de nuestra isla. Narra el quehacer de una de las primeras políticas públicas de salud que desde principio del Siglo XX y a partir de los casos insulares del 1901, el gobierno de los EE.UU. implementó en la isla. Se trata de la política de control de natalidad que el gobierno de los EE.UU. estableció para controlar a los “nativos”, y que contó con el apoyo de la clase dirigente así como de los sectores intermediarios del país.
La operación narra la implementación de un programa dirigido de control de natalidad el cual se dirigió contra la población femenina en etapa reproductiva a partir de la década de 1940. Bajo el mismo, en esa década el 6.6 porciento de las mujeres en etapa reproductiva, había sido esterilizada. En el 1974, el 35 por ciento de todas las mujeres en etapa reproductiva ya había sido esterilizada. En el 1980, Puerto Rico era el país con la tasa más alta de mujeres esterilizadas del mundo.
Bajo este cuadro, solo resta pensar en que en Puerto Rico tener hijos e hijas, es una acción contestataria al colonialismo. Ha sido el opresor el que nos ha querido mantener fuera de ese proceso. Ser un sujeto colonial, es en el caso de Puerto Rico, también limitar el derecho de reproducción y procreación, “para no molestarle al amo”.
Hoy en el 2021, hay que volver a este documental que es, simplemente, monumental. Gracias a Ana María García, por esa aportación histórica, la cual muy bien podría hoy ser discutida para explorar el alcance del proyecto genocida contra la nación boricua.
A verla en las redes sociales, es gratis. A discutirla luego entre sus seres queridos.