Domingo de Pascua en Familia [¡Bendiciones!]

Caribe Hoy

El cielo azul y la temperatura agradablemente cálida.  Las orquídeas florecidas y las mascotas tranquilas. Hay paz, gozo y alegría.  Hoy es domingo de Pascua o Resurrección. En la tradición cristiana, hoy se celebra el día en que Jesús resucitó luego de haber sido ejecutado en la cruz el viernes anterior, el consabido viernes

Santo en le celebración de pascua.

Celebro que, a pesar de los tiempos de pandemia, hoy puedo estar acompañada de mi Madre, mis hermanos y mis sobrinos. Estamos en el proceso de volver a una nueva normalidad. La vacunación, aún con todas las interrogantes que podamos tener sobre la misma y sus efectos, nos da un cierto sentido de mayor seguridad.  Y nos permite a los y las vacunadas volver a compartir sin tener que estar enmascarados.  Eso es una resurrección.

La resurrección no solo es la vuelta a la vida de Jesucristo, sino la renovación de actividades que habían disminuido o perdido actualidad.  En estas pascuas, distinto al año pasado que estuvimos en encierro, los vacunados podemos celebrar con seres queridos y volver a abrazar y a besar.  Disculpen los que no están vacunados sea por elección o porque no han conseguido hacerlo.  No se entienda que sin estar vacunados no pudiéramos abrazar y besar, pero simplemente, el sentido de prudencia nos lleva a evitar contaminar a un ser querido por nuestra necesidad de un afecto físico.

Anoche, luego de un año de encierro, un grupo de amistades hermanadas volvimos a reunirnos.  Ese abrazo fraternal, fuerte y sentido con el que nos recibimos fue el preludio a este Domingo de Pascua. Esa reunión resucitó ese contacto físico que a nosotros los boricuas nos aviva el alma. Con un par de guitarras, congas y maracas cantamos, afinados y desafinados, pero con alegría celebrando el poder volvernos a encontrar. Esos abrazos, esos cánticos, ese jolgorio son para mí una resurrección.

También en esta Semana Mayor, tuve la bendición de tener a mi hijo y mi nuera de visita.  Puede compartir con ellos escuchar los latidos de mi primer nieto desde el vientre de su Madre.  Eso para mí fue una celebración de Pascuas.  Este domingo no pido más. Hoy celebro el renacimiento de la vida misma. Un abrazo para ustedes mis lectores@s, buen Domingo de Pascuas.