Cuando el gato no está …. [Pierluisi hace fiesta]

Caribe Hoy

Empezamos una nueva ronda de toques de queda y nuevas limitaciones.  El gobernador Pierluisi, que es uno de corte neoliberal, al llegar al gobierno flexibilizó las ordenes ejecutivas dadas por la anterior gobernadora para permitir que mayor número de negocios pudiesen abrir sus puertas e intentar insuflar al país un aire de normalidad. Ciertamente, ya, a un año de encierro y sufriendo los estragos económicos que el mismo tiene para la mayor parte del pueblo, lo prudente es buscar formas de permitir que las personas puedan retomar sus vidas con ciertas garantías de seguridad en lo que a salud se refiere.

Sin embargo, esta situación de pandemia que vivimos es una llena de incertidumbres. Ello porque no se sabe realmente como controlarla o reducirla, más allá de vacunar, encerrar y poner límites o restricciones al movimiento de la población en un intento de lograr llamada inmunidad de rebaño.  Sin embargo, mientras al pueblo se le encerraba, por el otro lado el país era promovido como lugar de destino para turistas y las líneas aéreas abarataban sus costos atrayendo a la isla un tipo de turista indeseable por sus actitudes irreverentes hacia el país anfitrión.  Pero claro, si yo gobierno promociono que la isla es un verano perpetuo donde se fiestea a “to’ jender”, pues entonces el gobierno tiene responsabilidad en el problema que ese tipo de turismo provoca.

Por otra parte, nuestras islas municipio Vieques y Culebra, continúan siendo víctimas de la mala administración del sistema de transportación marítimo para acceder a estas islas. Esto no es nada nuevo.  El problema es que el gobierno neoliberal entiende que privatizar los servicios es la solución. Mientras que los residentes de ambas islas hacen propuestas para ellos mismos manejar su transportación, entre ellas crear unas cooperativas de transporte marítimo. Es irónico, que en estos últimos años se hable de lo fundamental que es la participación ciudadana para hacer que los diversos proyectos y actividades funcionen; pero, sin embargo, cuando los ciudadanos se hartan y se levantan protestas fuertes, el gobierno acalla esas voces con mil excusas politiqueras.

Y mientras el pueblo vuelve a un encierro obligado – que siempre, según el gobierno, es culpa del pueblo mismo y no de la mediocre gestión gubernamental – los políticos y sus secuaces adinerados siguen deconstruyendo el país. En su primer mensaje el gobernador reconoció la importancia de la educación y de la Universidad de Puerto Rico.  Pero no fue capaz de declarar a la UPR como un servicio indispensable.  Sin embargo, no le tiembla el pulso para declarar emergencias – a diestra y siniestra – en pos de favorecer a empresas como Luma Energy, HMS Ferries y otras multinacionales.  Sin embargo, al pueblo, desde la clase obrera hasta los pequeños comerciantes que son la voz del país, Pierluisi les desoye. Mientras al pueblo lo encierran, el gobierno se aprovecha.  Como dice el dicho, “cuando el gato no está los ratones hacen fiesta”.