Puerta a lo desconocido de Moisés Castillo [¿perdida en el limbo?]

Voces Emergentes

El pasado 28 de febrero de 2021, se cumplieron seis años de la partida física del artista plástico Moisés (Moi) Castillo que cambió de plano un 28 de febrero de 2015, luego de dar una inmensa batalla contra su enfermedad renal. Apenas tenía 51 años y todavía su hermana, quien le donara un riñón, llora su partida como si fuera ayer. Recuerdo la última vez que lo visité en su casa en Yauco, porque me pidió que le llevara un flan de queso. Aunque no soy repostera le cumplí su deseo. Nos recibió al Dr. Rodolfo Lugo-Ferrer, a mi esposo y a mí, con un almuerzo exquisito que había mandado a comprar: pollo asado con vianda, porque eso era lo que quería comer. Más tarde en la sobremesa, buscó una botella de vino tinto Alion, que disfrutamos, aunque él, por su condición, no consumió alcohol. Pasamos una tarde maravillosa contando anécdotas y riéndonos porque los tres (Rodolfo, Moi qepd, y yo) somos peñolanos. Hablamos de sus grandiosas obras de arte, sus pinturas, serigrafías y de pronto, la conversación tomó un giro diferente; se tornó más espiritual. Fue entonces cuando contó que ya estaba listo para hacer su transición. Rodolfo y yo cruzamos miradas de mucha tristeza, después de habernos reído tanto. Nos despedimos de él con un fuerte abrazo y un te veremos pronto.

De ese encuentro han pasado seis años y resulta vergonzoso, que, en este próximo mes de diciembre,se cumplen catorce años desde que la obra “Puerta a lo desconocido” sigue perdida en el tiempo,buscando un espacio para poder ser exhibida. Con esta magistral pieza, ganó la Medalla de Plata en la Sexta Bienal de Arte Contemporáneo en Florencia, Italia, en 2007. En la misma participaron 77 países, 840 artistas y más de 2,500 obras. En el Catálogo que se llevó a Florencia, escrito por el reconocido crítico de arte el Dr. José Antonio Pérez Ruiz este afirma que: “Moisés concurre a la Bienal de Florencia con una composición de dimensiones heroicas. Se trata de un medio mixto concebido en terminologías que rebasan sus límites materiales pues deja planteadas posibilidades trascendentales” (p.2). La obra, mide 18’pies de largo x 6’ de ancho, donde se combinan acordemente el lienzo y el metal.  A propósito, en la parte de metal tiene un mensaje en lenguaje braille porque según el propio Moisés: “Su lectura comienza de izquierda a derecha ofreciendo un mensaje como punta de lanza: Los Cinco Sentidos Universales”(Sinopsis de la obra, p.1). El artista trabajó todo un año en esta magistral obra y el embalaje para enviarla a Florencia, costó $10,000. Fue él quien los pagó. La develación se hizo en el MACU, Museo Archivo de la Caribbean University de Bayamón. Allí estuvo expuesta del 3 al 15 de octubre de 2007; luego partió hacia un viaje a lo desconocido, donde regresó con la medalla de plata. ¡Debemos sentirnos orgullosos de que otro puertorriqueño obtuviera esa medalla!

En la obra hay un llamado urgente del artista a conservar y proteger el medioambiente en que vivimos. Es por eso, que el viaje sensorial inicia con la visión y Moi afirma: “Una mirada intensa llena de reflexión, nos atrapa para procesar la diferencia entre: La Consciencia y la Acción. ¿Hacia dónde nos encontramos mirando? Podría ser a lo que nos parece importante, pero no necesariamente urgente…” (p.1).En cuanto al olfato destaca la: “Contaminación que no vemos hoy, pero que respiraremos mañana. No cabe duda que el olfato, o sea lo que respiramos, nos debe importar” (p.1). Para el tacto, recuerda un principio que dice si siembras cosechas. En su “Puerta a lo desconocido” habla a través de la pintura de las enfermedades, ya que no puede olvidar suspadecimientos físicos: “Soy un sobreviviente con trasplante de riñón, una médula ósea afectada, condición degenerativa en la columna vertebral y aparente condición de cáncer en la piel” (p.2) y propone que: “Esta pintura pone al relieve en una atmósfera oxidada por el pasar del tiempo al ser humano caminando, dejando atrás una olla vacía, cuerpos deformados, además de un porvenir incierto… No se trata en insistir en el pesimismo, sino que el orden cronológico de esta obra pictórica nos recuerde que el sentido del gusto debe y tiene que señalarse”(p.1).

Así mismo, lo táctil está manifestado a través de una oración que Castillo integró a la obra en lenguaje braille: “La bondad de Dios es un lenguaje que los ciegos pueden ver y los sordos pueden oír (p.2). Moi quería, que los artistas plásticos entendieran que el arte no podía ser limitante y mucho menos excluyente.Así recordó al francés Louis Braille, que mientras jugaba en el taller de su padre, tuvo un accidente y quedó ciego. Castillo tenía una gran conexión con su padre que era un artista de la ebanistería. Por otro lado, para el pintor, el sentido más complejo es el auditivo porque los seres humanos se niegan a escuchar. En la parte posterior de la obra, una: “superficie de acero delgado tiene en el rincón más pequeño del espacio una llave. Llave pequeña que parece no ser relevante tiene como propósito el darle vuelta y escuchar su click… Esta llave puede así, como un consejo, abrir o cerrar una vida hacia la Puerta de lo Desconocido” (p.2).

Moisés Castillo en vida manifestó cuál era su deseo: “Mi mayor sueño es ver en vida esta obra coexistir en uno de los principales museos de mi patria Puerto Rico” (p.2). Por esa razón, su hermana Ruty Castillo,quiere donar la obra y la medalla, para cumplirle su deseo al pintor. Lamentablemente, ella sostiene: “He hablado con varias personas que se han ofrecido a ayudarme, me piden toda la información sobre la obra, se las envío y ahí queda todo.” A los que amamos el arte y conocimos a Moi, nos duelen estas palabras porque son de impotencia. Peor aún, cuando ella añade: “Y ya colgué los guantes. Es decepcionante. Yo no tengo contactos de confianza en el campo del arte y mucho menos en los museos.” Diferentes personas se han comprometido en ayudarla, pero todo queda en un limbo. Yo tampoco tengo conexiones en el mundo del arte y le dije a Ruty: “lo más que puedo hacer es escribir un artículo que plasme lo que Moi quería y veremos quién se anima a publicarlo.” Sin embargo, debo decir que esta obra cobra vigencia en estos tiempos de pandemia, donde hemos tenido que recurrir al arte, en todas sus manifestaciones, para poder subsistir y no caer en la locura que produce el encierro y distanciamiento físico. Bravo porque tenemos los cinco sentidos para poder leer un buen libro, oler el rico aroma de una taza de café, saborear un buen vino tinto, escuchar el canto de las aves y poder tocar las flores, la tierra, para cultivarla.

No es justo que vuelva a repetirse, lo que sucede con Eddie Ferraioli y su obra “La vorágine del tiempo. Es hora de exigir que estas dos piezas monumentales sean exhibidas para el disfrute del pueblo puertorriqueño. Termino con estos haikus (no soy una haijin como el Maestro Ferraioli), que escribí en memoria de mi amigo Moisés Castillo, recordándolo en el Día de Pascua, porque él creía en la Resurrección:

“Discurso visual

Ventana para amar

mujer desnuda”

 

“La estética

Abstracción tonos negros

que mucho lloré”

 

“Petroquímica

Aquí trabajó Papi

famosa CORCO”

 

“Cuadro de pared

leyenda peñolana

Río Guayanés