Cese a las hostilidades: ¡Vida para el pueblo Palestino!

Agenda Caribeña
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El Ramadán se conmemora en el noveno mes del calendario islámico. Se relaciona con la fecha en que se atribuye el profeta Mahoma tuvo su primera revelación por parte de Alá. El Ramadán, para los musulmanes, es uno de los cinco pilares del Islam. Se extiende por espacio de 29-30 días en los cuales los creyentes deben ayunar durante las horas que duran entre la salida y el ocaso del sol. Están exentos del ayuno los adultos que padecen enfermedades crónicas; quienes se encuentren viajando; las mujeres en estado de embarazo o lactancia; las personas diabéticas y las mujeres durante el tiempo de su menstruación. Durante el tiempo de ayuno, se prohíbe sostener relaciones sexuales. Para los seguidores de la fe islámica, el Ramadán es uno de los nombres con los cuales se denomina a Dios; significa el proceso de expiación y perdón de los pecados; es sinónimo de misericordia y perdón.

           En Palestina, en particular en Jerusalén, uno de los lugares sagrados para los musulmanes, se encuentra localizada la Cúpula de la Roca y la Mezquita Al Aqsa. Muy cerca se encuentra el Monte del Templo y el Muro de la Lamentaciones, lugar sagrado para la religión judía; y el Santo Sepulcro, lugar sagrado para el cristianismo. Mientras para los musulmanes en su fe religiosa la fecha del Ramadán es un período a guardar; los israelitas conmemoran en esos días el “Día de Jerusalén”, donde llevan a cabo la “Marcha de la Bandera”, significando en ella la ocupación por parte de Israel de Jerusalén tras la Guerra de los Seis días de 1967.

La conmemoración del Ramadán y del “Día de Jerusalén”, cuando han coincidido estas fechas, ha sido un punto de choque entre la población que profesa la fe musulmana y la que profesa la fe judía. Este año, sin embargo, luego de que las autoridades policiales israelíes colocaron barricadas de seguridad en las escalinatas de la “Puerta de Damasco”, la cual da acceso a la Ciudad Vieja donde se encuentra la Mezquita Al Aqsa, para impedir el paso de los fieles musulmanes, los enfrentamientos han sido mayores. A los enfrentamientos surgidos de palestinos con las autoridades israelíes producto de las barreras que impedían el acceso a los lugares sagrados musulmanes, se sumó la decisión de un tribunal israelí autorizando el desalojo de familias palestinas de sus hogares en un distrito de Jerusalén Oriental, ello bajo la premisa de que antes de 1948 las viviendas eran propiedad de árabes que profesaban la fe judía.

 Se estima que desde el año 2014 no se producían enfrentamientos de tanta intensidad. En los primeros encontronazos a partir del 22 de abril, el resultado inicial fue de más de 300 palestinos heridos. La reacción ante los sucesos no se hizo esperar. Desde la Franja de Gaza fueron disparados más de un centenar de cohetes contra territorio israelí.  Una de las milicias de Hamas, conocida como “Brigadas Qassam”, ha lanzado un tipo de misil denominado “Ayyash”, en recordación de un dirigente asesinado en 1996 de nombre Yahya Ayyash, el cual tiene un alcance de 250 kms.

La Franja de Gaza es un pequeño territorio localizado en un litoral costero entre la península de Sinaí e Israel. Allí conviven cerca de 630,000 palestinos dentro de una superficie de 45 kilómetros cuadrados. Desde 2006, tras haber ganado las elecciones, Hamas retiene el control político del territorio.

El 8 de mayo, cuando los palestinos conmemoraban la noche santa de Laylat al-Qadr, los choques entre musulmanes y judíos tomaron un cariz más complicado con enfrentamientos violentos entre ambas partes. Como siempre acostumbra, el Estado de Israel ha respondido de manera desproporcionada en el uso de la violencia contra sectores civiles, principalmente en Jerusalén Oriental y en la Franja de Gaza. Las consecuencias a la altura del 10 de mayo, según datos de la Media Luna Roja Palestina, daba el saldo de 612 palestinos heridos junto a 21 policías israelíes. De hecho, el Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, indicó entonces que los ataques contra objetivos en la Franja de Gaza serían incrementados.

Al momento de escribir este artículo, ya suman en la Franja de Gaza más de 119 las muertes, incluyendo un alto dirigente militar de Hamas; 800 heridos y un gran número de edificios reducidos a escombros mediante ataques aéreos israelíes. Las bajas israelíes hasta el momento suman 8 muertos y alrededor de 200 heridos. Los enfrentamientos se han ido extendiendo a otras ciudades.

           Para comprender los sucesos actuales, es necesario remitirnos históricamente hablando a 1882 cuando se inició un movimiento a escala global para establecer un Estado judío en el territorio de Palestina. Para entonces convivían en el territorio palestino aproximadamente 20 mil árabes que profesaban la fe judía. Para el año 1917 el 90% de la población de Palestina, que era árabe musulmana, era dueña del 97.5% de las tierras.  Para entonces, la población judía se estimaba en 56 mil personas, la mayoría de ellos inmigrantes.  Para 1925 la cantidad de judíos se estimaba en 122 mil personas y para 1932 en 355 mil personas.

Al momento de culminar la Segunda Guerra Mundial, la población que profesaba la fe judía en Palestina era dueña del 6% del territorio. Poco antes de que el Reino Unido de la Gran Bretaña finalizara la administración del territorio de Palestina, se discutía la partición del territorio palestino para crear en él dos Estados políticos, Palestina e Israel.

El 29 de noviembre de 1947 la ONU aprobó la Resolución. 181 (I) donde crea un “Comité Especial de las Naciones Unidas sobre Palestina”. Este elaboró un “Plan de Partición con Unión Económica”,  con cuatro encomiendas: (a) La Constitución y Gobierno futuro de Palestina, donde se estipulaba el fin del mandato del Reino Unido de la Gran Bretaña sobre el territorio, su partición mediante la creación de un Estado árabe, un Estado judío y un Régimen Internacional para la Administración de Jerusalén; (b) la definición de fronteras entre ambos Estados y Jerusalén; (c) el Régimen de Administración para Jerusalén; y (d) un apartado titulado “Capitulaciones”, sobre los privilegios e inmunidades concedidos previamente a los extranjeros en el territorio.

 Al momento de la partición, a pesar de que el 67% del total de la población era árabe musulmana, la ONU le asignó a Israel el 54% del territorio.  La Liga Árabe no reconoció la creación del Estado de Israel mientras el 15 de mayo de 1948 el Reino Unido renunció su mandato sobre Palestina. El día anterior, Israel unilateralmente había proclamado la fundación de su propio Estado. Mediante el flujo migratorio que se había  producido luego de la Segunda Guerra Mundial, la población judía en el nuevo Estado político ascendió para 1948 a 758,700 personas. Entre 1948 y 1956 llegaron otros 826,000 inmigrantes judíos a Israel y entre 1956 y 1975 la suma de 735,000 adicionales.

Esta llegada de nuevos inmigrantes que practican la fe judía al Estado de Israel no se he detenido hasta el presente. Para dar acomodo a la llegada de nuevos pobladores (colonos), Israel ha ido forzando el éxodo de población árabe palestina de los territorios creando asentamientos a la par que físicamente ha ido condenando a la población palestina a cada ves menos territorio. Las más recientes proyecciones para 2020 estimaban que la población palestina en su propia tierra se ha reducido a un 15% del territorio originalmente dispuesto en la partición del año 1947. Actualmente apenas el 21% de la población dentro del Estado de Israel es árabe musulmana.

           La primera gran ola de desplazados palestinos que llevó a cabo Israel ocurrió entre los años 1946-1948. Entonces fueron despojados de sus tierras cerca de 711,000 palestinos, se destruyeron 531 de sus aldeas y fueron asesinados cerca de 10,000 árabes musulmanes. Esta acción redujo en una tercera parte la población palestina, los cuales quedaron dispersos en calidad de refugiados y desplazados en otros países limítrofes.

El nakba (Día del desastre o catástrofe), como se denomina el inicio de la expulsión de los palestinos de sus tierras, se conmemora cada año el 15 de mayo. La sed de anexión del territorio palestino al Estado de Israel se ha mantenido a lo largo de la historia de su existencia como entidad política. Hoy su Primer Ministro, Benjamín Netanyahu ha indicado su propósito en anexar el territorio de lo que hoy es Cisjordania (margen occidental del Río Jordán), dando la orden a las tropas israelíes de avanzar hacia la anexión del 30% de este territorio, el cual se encuentra bajo el mandato de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

           Como en ocasiones anteriores, desde donde ha habido mayor resistencia y contragolpe frente a Israel, ha sido desde la Franja de Gaza. Se estimaba a la fecha de publicación de este escrito que más de 1,700 cohetes de los cerca de 30 mil que se estima forman parte del arsenal de Hamas, habían sido lanzados contra territorio israelí, entre ellos, 130 contra la principal ciudad en Israel, Tel Aviv. Durante esta semana, el disparo de cohetes provocó el cierre temporal por varias horas del aeropuerto David Ben Gurrión, la principal facilidad aérea dentro del Estado de Israel. Ante el llamado de Netanyahu de aumentar “intensidad y la frecuencia” de las operaciones militares para la interceptación de la cohetería proveniente de la Franja de Gaza mediante la “Operación Guardianes del Muro”; Hamas ha respondido indicando que no cesarían sus “acciones de resistencia” como parte de la llamada “Operación Espada de Jerusalén”. Hamas  ha señalado también que estarían en capacidad de dirigir sus cohetes “hacia los rascacielos de Tel Aviv”.

           En sus operaciones militares, Israel ha reforzado sus tropas en la zona fronteriza con Gaza movilizando, en adición a tropas regulares, al menos 9 mil reservistas y dando autorización para que sus tropas lleven a cabo “asesinatos selectivos” contra oficiales y jefes militares de Hamas, varios de los cuales ya han fallecido. En sus bombardeos a Gaza, Israel ha destruido edificios que albergaban oficinas de las milicias de Hamas así como las distintas instalaciones físicas de la policía en la Franja. En estos momentos Israel ha dado inicio a un ataque militar terrestre con el apoyo de tanques y artillería contra dicho enclave. De la operación participan, además, medios navales, 168 aviones de combate portadores de misiles, helicópteros, tanques y artillería.

Voceros de varios gobiernos árabes, incluyendo Turquía y Egipto, así como la Federación Rusa y el Reino Unido de la Gran Bretaña, han hecho un llamado a Israel a detener o limitar sus ataques. En el caso de la Liga Árabe, esta ha denunciado a Israel de actuar con esta escalada de violencia contra la población palestina de manera “indiscriminada e irresponsable”. En el seno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, una resolución presentada en torno a la situación de los ataques por parte de Israel en Gaza fue frenada por la delegación de los Estados Unidos. Tras una reunión de emergencia, en la cual participaron al menos 15 países miembros, Estados Unidos fue el único país que no votó a favor de la resolución por considerarla demasiado desfavorable para su aliado Israel. De acuerdo con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, Israel “tiene derecho a defenderse”, señalando, además, que “su expectativa y esperanza es que esto concluirá más temprano que tarde.” Por su parte, Túnez, Noruega y la República Popular China hicieron el llamado a celebrar una nueva reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.

De acuerdo con Juan Carlos Sanz, en su artículo titulado El aplazamiento de las elecciones siembra la frustración entre los palestinos, publicado el 2 de mayo de 2021 en “elpais.com/internacional”,  un ángulo a considerar en esta situación está relacionado con las elecciones en el territorio. Según detalla, elecciones presidenciales y parlamentaristas habían sido convocadas para los palestinos hace 4 meses donde el aparente compromiso entre Fatah, que gobierna en Cisjordania y Hamas, que gobierna en la Franja de Gaza, albergaban la esperanza de dejar a un lado diferencias que les separaban en los últimos quince años. Desde el año 2006, la mayoría de los electores de Cisjordania, Gaza y Jerusalén no han concurrido a elecciones. Las elecciones habían sido pautadas para el 22 de mayo.

Alegando que las autoridades israelíes no permitían la realización de elecciones en Jerusalén, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina en Cisjordania, Mahmud Abbas, aplazó las mismas. Ante ello, Hamas acusó a Abbas de perpetrar un golpe contra la democracia. Bajo los “Acuerdos de Oslo” de 1993, indica Sanz, Israel viene obligada a permitir elecciones en Jerusalén. El sistema electoral vigente, indica Sanz, “dificulta las mayoría absolutas”, por lo que ante la división en seno de Fatah con Mohamed Dahlan, anterior jefe de seguridad expulsado de la organización y candidato apoyado por los Emiratos Árabes Unidos, Abbas consideraba la posibilidad de no revalidar en unas nuevas elecciones. Otro contendor en la campaña es Marwarn Barguti, quien fue el dirigente de la Segunda Intifada, actualmente encarcelado y condenado a cadena perpetua en cárceles israelíes por terrorismo. Pero si esto no fuera todo, en el caso de Israel, también el Primer Ministro Netanyahu utiliza la situación para adelantar motivaciones electorales en su propósito de mantenerse al frente del gobierno.

Federico Cue Barberena, en escrito publicado en www.france24.com bajo el título Las claves detrás de la nueva escalada de tensiones entre Israel y Palestina de 11 de mayo de 2021, indica lo siguiente:

“Analistas políticos han considerado que Netanyahu podría estar apostando al caos para fortalecer su liderazgo, debilitado luego de que fracasaran sus intentos de formar un nuevo Gobierno y amenazado por una posible construcción de una coalición multipartidista encabezada por el centrista Yir Lapid y el nacionalista judío Naftali Bennett.”

           Indica, además el autor, que Hamas, “también parece perseguir sus objetivos políticos.” Señala que en su caso, Hamas procura “fortalecer su liderazgo en la Franja de Gaza y en la política palestina y destronar al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, que pospuso las elecciones legislativas, inicialmente programadas para mayo.”

           Mientras se desarrollan estos acontecimientos, el número de bajas entre la población con decenas de muertos palestinos crece, como crece la destrucción de edificaciones e infraestructura en la Franja de Gaza. Las declaraciones del Ministro de Defensa de Israel señalan que continuarán sus ataques contra objetivos palestinos. A tales efectos ha indicado que Israel continuará sus ataques donde, en Gaza, “las torres continuarán cayendo, las industrias colapsando, los túneles barridos y los comandantes serán muertos.” Hamas por su parte ha indicado que se encuentra preparada para enfrentar el incremento en los ataques de Israel, confiando en que la mayoría del pueblo palestino está con su causa y la defensa de sus derechos.

           Todavía es temprano para que pueda materializarse una tregua entre las partes. Todo apunta a que las actuales operaciones bélicas continuarán su curso, aunque sea por un tiempo definido.