Ya se han agotado todas las películas. Termina uno viendo películas que de ordinario no vería. Sobre todo cine italiano, del cual llego a la conclusión, que está basado en una premisa dura y fuerte: la nostalgia. Luego de haber visto y reseñado tres películas de origen italiano, no puedo decir otra cosa. En ese país apuestan a la nostalgia como narrativa cinematográfica.
Baggio: the divine ponytail (Dir. Letizia Lamartireagi, Italia, 2021) narra la vida del futbolista y estrella nacional Roberto Baggio. Mas que una estrella del deporte, Baggio es una figura nacional, por la cual, y sobre todo en la década de 1990, el pueblo italiano admiró. Fue un futbolista que luchó en todo momento contra sus lesiones, y pese a todo se mantuvo jugando hasta más no poder. Llegó tercero con la escuadra nacional en el 1990, y subcampeón en el 1994. Nunca ganó la Copa Mundial de futbol, pero suficiente para hacer una película.
Lo interesante de la película es el cuento que hace Andrea Arcangeli (Baggio) sobre la dichas y desdichas de ser una súper estrella. Dicho esto, la película se concentra en una historia sin historia: que a los 3 años el niño Baggio le prometió a su padre llevarle la medalla de oro de la Copa Mundial del Futbol. Esa es la historia, la cual la narran una y otra vez, y promueve el conflicto entre Baggio/Arcangeli y su padre. Lo que uno nunca entiende es cuál es el conflicto real. Problema de estructura en la película. Pero esto no le quita.
Es un filme bonito. Si pueden lo ven. Si no pueden no lo ven. Siempre serán felices. Pero, conocer la vida de Roberto Baggio, está bien. A su discreción.