Ser o no ser escritor [¿dentro o fuera de cuál closet?]

Zona Ambiente
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Todos los días aprendemos algo nuevo y me ha tocado a mí en este mes de PRIDE, 2021. Ha sido mi amiga Dorothy Bell Ferrer quien me lo ha enseñado. Ella está pronta a publicar su primer libro y está padeciendo los consabidos dolores de parto y naturalmente que siente terror por las dinámicas sociales del mundo literario.

La Misma Dorotea es una mujer sabia cuando se reafirma en que no quiere ser escritora negra: "Solo escritora. No es porque no quiera. Es que esa categoría que racializa una disciplina, algo que no tiene nada que ver, es una cárcel de violencia y nadie sale bien (psicológica o emocionalmente) de ahí y no sé si es realmente escapable."

Lo que me lleva a mí a meditar sobre mí mismo: Existe una literatura LGBTTQIA+ puertorriqueña, escrita por escritores LGBTTQIA+, que trasciende su ámbito de referencia para incluirnos a todas nosotras.  Hoy les quiero comentar sobre  mis “Musarañas”. En una etapa previa de mi fecunda vida, me dediqué al manejo de los recursos humanos en la industria hotelera. Formé parte del primer matrimonio de un mismo sexo con el destacado escritor y periodista Armindo Nuñez Miranda, cuando se formalizaron en Puerto Rico, el 23 de agosto de 2015. Previo a mantener la Zona Ambiente de El Post-Antillano por medio de la cual construí mi propia agenda de hacer visible las luchas y logros, los héroes y heroínas de nuestra comunidad, mantuve una exitosa columna en El Adoquín Times, dedicada a los grandes valores de nuestra escritura contemporánea. “Musarañas” constituyó una mirada antropológica a mi paso por el espacio-tiempo que me ha tocado vivir y sobrevivir.

“Ser o no ser…”; me remito al planteamiento inicial de la Misma Dorotea:  Soy un escritor o soy un escritor LGBTTQIA+?  Ustedes, mis lectores, tienen la palabra…