(San Juan, 1:00 p.m.) ¿Alguien sabe dónde vive Ricardo Rosselló? ¿Alguien sabe a qué se dedica? Nadie sabe. Lo que si sabemos es que un país quebrado, sin dinero suficiente para la Universidad de Puerto Rico, va a invertir $120 mil dólares en seis funcionarios electos para promover la estadidad en Washington para Puerto Rico. Insólito, pero así son ellos, los estadistas quiero decir.
Este proceso de las elecciones de mayo de 2021, por los delegados al Congreso, representa lo peor el movimiento estadista, el cual promueve soluciones sin sentido para alcanzar sus objetivos. Desde esta perspectiva, con una participación electoral del. 3.9 por ciento de los electores inscritos, los delegados electos y que van a cobrar $120 mil dólares anuales cada uno, no representan a nadie, que no sea su propio destino.
Por lo tanto, son delegados del diablo, sí éste existe, al servicio de fuerzas del mal, que en nada avalan el bienestar nacional de Puerto Rico. Por lo que, hay que ser cuidadoso con apoyar esta iniciativa del Partido Nuevo Progresista, hoy en el poder.
Lo que si podríamos hacer es mantener la presión popular para que Ricardo Rosselló siga viviendo en el ostracismo y el destierro. En los anales del país, se trata de una persona que pese a asumir una función pública por Puerto Rico, no puede volver a la isla. Eso sí que es curioso. Vivir desterrado, pese a que lo hace al servicio del país que lo castiga. Pensemos.