El fin de los tiempos [de la jaibería al continuo mantengo]

Economia Solidaria

(San Juan, 1:00 p.m.) Hay algo que no me cuadra.  ¿Cómo es posible que nadie se diera cuenta que Ricardo Rosselló continúa mintiendo?  Es curioso, pero nadie se dio cuenta, que éste joven-sin-suero (por no decir despectivamente jovenzuelo), por enésima ves le miente al país, y reclama ser cabildero, desde una dirección residencial en Virginia, en incumplimiento con la ley que habilitó su puesto, y mientras para poder votar en Puerto Rico, reclama vivir también en la isla.  ¿Por qué le toleramos tanto a Ricardo Rosselló?

Lo que me parece curioso del momento, es que salvo un grupo de cristianos politizados, por vía del Proyecto Dignidad, a través de un distinguido letrado que es un conocedor del Código Electoral, Nelson Rosario, son los únicos interesados en cuestionar este acto de ilegalidad.  Ni a Jorge Pabón, ni a René Pérez, ni a Benito Martínez, le interesa cuestionar lo ilegal de Rosselló.  Pero a los cristianos sí.

En este momento, si el  derecho se lee y se aplica correctamente, Ricardo Rosselló debe ser acusado por fraude electoral. Tanto él como Beatriz Rosselló deberían de ser encausados.  Pero lo más importante, es que su selección no debe ser  confirmada por la Comisión Estatal de Elecciones.  Suficiente saber que violentaron la ley, y que está él inhabilitado a cumplir su rol. 

Pero hoy no sabemos. Lo cierto es que en la política los justos y decentes ganan puntos por sus actos. En esta medida, al Proyecto Dignidad, como al letrado Nelson Rosario, les va el decir “por sus actos los conoceréis”.  Pensemos.