¡Sí al caso de Puerto Rico en las Naciones Unidas!

Política

(San Juan, 1:00 p.m.) Hace varios años en artículos que aparecieron en la revista Foreign Affairs y la revista jurídica de Harvard hubo expresiones de la necesidad de cambio en la situación de Puerto Rico a partir de su deteriorada condición económica imposible de atender bajo el estatus actual de subordinación colonial. Esos artículos se interpretaron por algunos(as), y puede que lo fueran, como una señal de un sector de poder en Estados Unidos de la necesidad de dar atención a la condición colonial de nuestro país.

No obstante, acontecimientos en Washington la semana pasada y en años recientes denotan una reafirmación de parte de esferas de poder en Estados Unidos de su comodidad en seguir ejerciendo poder plenario sobre Puerto Rico e incluso recrudecer nuestra condición colonial en lugar de reconocer el derecho del Pueblo de Puerto Rico a emprender un proceso la descolonización como soberano. La decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos en el caso Sánchez Valle v. ELA, la adopción de la Ley PROMESA y el nombramiento de la Junta de Control Fiscal son acciones desde la arrogancia imperial y la relación de desigualdad descomunal de poder entre Estados Unidos y Puerto Rico y a pesar de los artículos mencionados.

Las medidas draconianas de austeridad de la Junta se imponen sin el mayor miramiento a la dislocación y penurias que están causando a nuestro pueblo y a nuestro tejido social y sociedad en general. Ha sido un empujón al colapso del ELA que se da ante nuestros ojos.

Por eso la semana pasada también, fuerzas puertorriqueñas comparecieron nuevamente ante el Comité de Descolonización de Naciones Unidas donde los peticionarios(as) de forma unánime denunciaron la inacción de Washington sobre la condición colonial de Puerto Rico y exigieron más acción del Comité.

Los defectos de Naciones Unidas y la ignorancia de algunos(as) no desmienten que Naciones Unidas es un escenario internacional que Estados Unidos no soporta donde los países del mundo, muchos africanos, asiáticos o latinoamericanos y caribeños, puedan coordinar posiciones según sus propios intereses en cuanto al desarrollo, libre determinación, la agenda anticolonial inconclusa y muchos otros temas.

Esto sin mencionar los programas y agencias de Naciones Unidas, que es un sistema de trabajo que en todo el mundo obra con asistencia para atender y empoderar sectores marginados en extrema pobreza y promover la buena gobernanza.

Sin Naciones Unidas y su trabajo de contrapeso ante el poderío de los países desarrollados, el mundo ya hubiera tomado el rumbo de la destrucción no solo de los pueblos bajo subordinación colonial sino de la especie humana en sí. Es por Naciones Unidas y las luchas de los pueblos que todavía estamos a tiempo de hacer reconocer el acervo de valores de la humanidad plasmados en el derecho internacional que dan sentido a la esperanza.

La ignorancia de algunos(as) y sus ataques acomodaticios sobre el papel de Naciones Unidas lo que refleja es la posición de Estados Unidos y los países desarrollados siempre que pueden incluyendo internamente menoscaban e invisibilizan Naciones Unidas. Da vergüenza ajena la ignorancia sobre el tema de algunos(as) quienes se supone tengan al menos un poco de cultura sobre el mismo cuando opinan. La ignorancia no desmiente la realidad.

Tenemos que seguir nuestro curso de tantos años de reclamo a la comunidad internacional, en particular, a la Organización de Naciones Unidas a la vez que hacemos lo propio en Puerto Rico. Lo otro sería hacer caso omiso a la relación de poder desigual y descomunal entre Estados Unidos y Puerto Rico y depender solo de Washington para nuestros reclamos y proyectos de descolonización.