¿Qué hacer cuando no sabemos qué hacer?

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Cuando no sabemos qué hacer, en cualquier situación que enfrentemos en la vida, esperar es la mejor opción. Primero debemos clarificar los pensamientos, liberarnos de emociones y encontrar nuestra paz mental. Solo entonces podemos estar seguro que no actuaremos impulsivamente.

En este periodo en que buscamos centrarnos en nosotros mismos, muchas veces esperamos alcanzar la iluminación, un milagro que nos dé una respuesta para saber qué hacer. Todos en ese momento de desesperación anhelamos por alguna señal.

En la soledad de la desesperanza rogamos por algún evento que nos ayude, nos de sabiduría, incluso las fuerzas necesarias para saber qué hacer y entones decidir. En la gran mayoría de las veces nos sentimos impotentes, nos paralizamos al no poder identificar el momento adecuado para actuar. Incluso llegamos a sentir que algo nos detiene y esta sensación se puede transferir a distintas áreas de nuestras vidas.

Una de las parálisis emocionales que mayor impacto tiene en nuestras vidas tiene que ver con las relaciones de pareja.

Hagamos un ejercicio.  Por un momento, detente. Piensa en las personas que conoces, identifica aquellas donde es aparente una relación tormentosa. Evalúa si algunas de los integrantes de la relación tienen su autoestima lastimada. ¿Existe respeto en la relación? Si no hay respeto entre las personas, si ellas mismas no se auto respetan, si los insultos humillantes son la forma normal de comunicarse, no existe una relación saludable. 

Tristemente la relación es un infierno emocional donde reinan el desamor, la codependencia emocional al dolor y la violencia intrafamiliar.

La mayoría de las personas acostumbradas a la humillación y al maltrato adormecen los sentidos y nublan el pensamiento para no despertar de la pesadilla. Tienen MIEDO. El miedo tiene distintos rostros, por ejemplo, temor al cambio, a la soledad, a pensar que hemos fracasado, a recomenzar...  El miedo siempre encontrará una razón para que no actúes y que creas que no mereces ni eres digno de una vida mejor.

Como reaccionamos en las relaciones nos indican como enfrentamos otros aspectos de nuestra vida

Con el tiempo he aprendido que todos en nuestro interior tenemos la capacidad de encontrar las respuestas que buscamos.  Lo podemos sentir, muchos lo llaman intuición, otros lo pueden llamar presentimiento. Las respuestas las encontraremos en el silencio, sentiremos una calma o inquietud dependiendo de la respuesta a la pregunta hecha. En el silencio escuchamos la voz de Dios y podemos entender el camino que debemos recorrer.

Hoy te invito a que te escojas a ti como la prioridad de tu vida. Observa lo maravilloso (a) que eres, reconócelo, ámate, porque esto te ayudará a tomar decisiones. El amor propio es tu guía. Escúchalo porque cuando te amas no aceptarás menos que lo mejor. El amor propio balanceará tu dignidad y la otros y descubrirá por ti si la relación personal, laboral, religiosa… es la que mereces. La autoestima te libera y también te indica si vale la pena quedarse o restaurar lo dañado.

Un último consejo, cuando no sepas que hacer ya sea dejar un trabajo o romper una relación tóxica, te invadan las dudas…ten presente que lo más importante es tu bienestar, lo mejor es optar por ti, por tu paz interior. ¡Confía! Dios siempre está presente y tiene respuestas en ti para ti.

En todo momento, saca tiempo para conversar contigo, descubre lo que te hace feliz y con quién quieres estar. Eres tu mayor tesoro, cuídate. Estoy seguro que cuando optes por ti, sabrás decidir y tus caminos serán bendecidos.