¿Qué pasa cuando los trogloditas visitan Júpiter?

Caribe Hoy

No es inusual las visitas exploratorias de seres de otros mundos a tierras desconocidas.  Fue precisamente eso lo que ocurrió este fin de semana en Júpiter, cuando allá recibieron una visita exploratoria de un grupo de trogloditas.  Cuando hablo de Júpiter no me refiero al planeta del sistema solar sino a la ciudad de Júpiter en el estado norteamericano de la Florida.

Júpiter es un pueblo costero que ubica en el condado de Palm Beach. Según el censo del 2019 tiene una población de 65,791 habitantes; y para el 2018 fue catalogado como el 12vo mejor pueblo playero de los Estados Unidos.  A mera vista es evidente que la vida en Júpiter es una costosa y de lujo. Como muchas de las áreas costeras de la Florida, es un nicho seleccionado para los retirados y los barcos / yates de lujo es un panorama común del paisaje.  Llegamos al pueblo, un lugar desconocido para mí; para celebrar una mini reunión de mi clase de escuela superior, a la que conocemos como los trogloditas. Uno de los compañeros vive en el lugar y es aficionado a todos los deportes marítimos y había hecho una invitación para que pasáramos varios días explorando el lugar.

Tengo que indicar que lo mejor del momento para mí siempre es el compartir entre amistades.  No importa cuál sea el escenario o el lugar, son las gentes las que hacen o deshacen los momentos y las buenas memorias.  Aclarado lo anterior, enseguida empecé a observar el lugar y hacer paralelismos con situaciones que suceden o no suceden en nuestra querida isla. Júpiter, por su ubicación, siendo un sitio cálido, costero y playero, es un lugar muy atractivo para muchos, particularmente para las personas que bajan del norte de estados unidos en busca de lugares de retiro.

En cuanto a bellezas naturales, que no quede la menor duda, Puerto Rico le da mano y muñeca a Júpiter. Nuestras playas son más cálidas, las aguas más azules y la arena más blanca.  Sin embargo, distinto a Puerto Rico, algo que resalta a la vista en Júpiter es la limpieza, la organización, el orden y la conciencia de no perturbar la naturaleza.  Por ejemplo, nos encontramos con muchas personas paseando a sus mascotas y todas estaban con sus arneses y cadenas. En la arena de la playa era evidente que las tortugas están en su época de desovar.  Igual que en Puerto Rico, los nidos estaban marcados, pero nadie intervenía ni se situaba cerca de esos espacios protegidos.  Tampoco los visitantes playeros dejaban sus basuras en la arena.  Al salir del área de la arena, había zafacones donde dejar los desperdicios. Esos zafacones no estaban desbordándose a la espera de que el municipio los recogiera, como sucede en nuestra querida isla.

Nos relató nuestro anfitrión que, en Júpiter, no solo multan a conductores de vehículos por conducir ebrios, sino que también multan a los ciclistas si están ebrios.  Ese dato nos causó muchísima gracia al solo pensar que en Puerto Rico empezaran a dar multas de tránsito a los ciclistas borrachos.  Por la noche fuimos a una barra abierta local llena de comensales donde había una banda que tocaba rock. En lo que a mi concierne, no cambio la trova, la plena ni la bomba por el rock.

Este viaje me hizo reflexionar en el asunto de la Ley 20/22 y las exenciones a los llamados inversionistas norteamericanos.  De repente me volvió esa sensación incómoda de pensar como el gobierno del país, con la excusa de promover la economía, crea legislación que efectivamente desplaza y empobrece la población local para atraer el capital que por su poder económico toman nuestras costas y otras áreas protegidas para hacer de ellas lugares exclusivos.

Por otra parte, me hace cuestionarme porque muchos puertorriqueños aún son incapaces de tener orgullo propio para mantener limpias nuestras costas, ríos y entorno. Sin embargo, cuando los boricuas viajan a Estados Unidos, sí pueden seguir leyes e instrucciones.  En verdad, aun se me hace difícil entender el porqué de ese fenómeno o actitud. ¿Tendrá que ver con la mentalidad del colonizado?

A nuestros gobernantes y políticos le falta mucha voluntad. Pero también al pueblo le falta asumir la responsabilidad para demostrar el amor patrio.  Tenemos que aprender de las cosas positivas de otros lugares y aplicarlas a nosotros, particularmente en la conciencia social, ambiental y ecológica. En fin, que Júpiter tiene unos atributos que podríamos adoptar en Puerto Rico, pero no tiene playas tan bellas como las nuestras ni el sabor de una cultura rica en tradiciones.