(San Juan, 9:00 a.m.) La narrativa en torno a Cuba, el país que lleva desde el 1959 viviendo de forma soberana fuera de la lógica colonial de los EE.UU. se ha convertido en algo muy sencillo: o uno está a favor o está en contra. Si está a favor se opone al bloqueo económico que desde el 1962 ha impuesto el gobierno de los EE.UU. Si está en contra, se opone al gobierno de Cuba, y a la ideología política que éste y vastos sectores de dicho país siguen. ¿Dónde está usted?
El problema de las narrativas, es que se hacen para modificar posiciones, y no son necesariamente genuinas o ingenuas. En esta medida, estar en contra del gobierno de Cuba, produce un sin número de relatos los cuales, cuando menos, son contradictorios. “No hay libertad”, “no hay capacidad de consumo”, “es un gobierno corrupto”, “no hay elecciones”, en fin, “en Cuba la gente se muere de hambre”. Estas narrativas suenan a movimientos políticos emergentes en Puerto Rico, que cuestionan el poder de unos, pero no cuestionan las relaciones de acumulación y al capital.
Mientras si usted está en contra de bloqueo, también hay otras narrativas. “Mientras no cese el bloqueo, no puede haber libertad plena”, “el bloqueo es responsable de todo”, “se han tomado buenas y malas decisiones, que han afectado a todo el país, pero la revolución continua”, “Patria o Muerte, venceremos”, entre otras narrativas.
Para mí, luego de los sucesos del 11 de julio, todo es muy fácil. Usted debe asumir una posición. Así como lo ha hecho la derecha, tipo Ted Cruz, el cual se opone a Cuba socialista, solidaria y a su gobierno. Pero no puede asumir posiciones liberales tipo Alexandra Ocasio-Cortez, la cual por un lado pide fin al bloqueo y por otro lado acusa al gobierno de Cuba de restringir los derechos de la población.
Yo asumo posición a la Black Lives Matter, el caucus negro del Congreso federal, a lo Movimiento Ñin Negrón, o al Movimiento Independentista Nacional Hostosiano. Yo me opongo al bloqueo. Superado del bloqueo, se puede dar otro tipo de crítica. Pero de momento, mientras haya un bloqueo inhumano que no le permite a Cuba comprar jeringuillas para vacunar a su pueblo con la vacuna por ellos desarrollada, llamada Soberana 2, no hay nada de que hablar.
Solo en la solidaridad, como lo expresó ayer el gobierno de México, liderado por el presidente López Obrador, quien donó 2,3 millones de jeringuillas a Cuba, para que estos vacunen a su población, es que la hermana mayor del Caribe podrá subsistir. A los mercaderes del consumo, de la libertad de expresión garantizada por el capital, y a los que no asumen posición, me temo que no nos estamos entendiendo ni escuchando. Es momento de asumir posiciones en nuestra narrativa. ¿a favor o en contra del bloqueo? Pensemos.