(San Juan, 9:00 a.m.) En la noche de ayer, hora boricua, Jasmine Camacho-Quinn hizo historia. La boricua, residente en el estado de la Florida, volvió a volar en la pista. Ganó la carrera de 100 metros con vallas, en 10.36 segundos. Suficiente par ganar la medalla de Oro, aunque en la semifinal había roto el record olímpico y nacional para Puerto Rico volando en 10.26 segundos.
Ahora bien, hoy el debate es otro. De Ricardo Rosselló y Pedro Pierluisi, junto al Partido Nuevo Progresista (PNP) imponer su lógica en el Congreso federal, de hacer a Puerto Rico un estado de la federación, el sueño boricua termina, En otras palabras, no habría más Jasmine Camacho-Quinn, poniéndonos a gozar.
Por lo tanto, la victoria de esta mujer negra, parejera y sobre todas las cosas la mejor atleta del mundo en su disciplina, nos impone defender lo que tenemos: nuestra identidad nacional y soberanía deportiva y aspiración a la independencia nacional. Sólo en ese ámbito, como país que tiene su propia identidad a nivel internacional, es que podremos seguir celebrando la vida junto a Jasmine C-Q.
Finalmente, es momento de pedirles la renuncia a todos y todas que pululan en el Congreso federal, como cabilderos que impulsan la estadidad. Hoy son estos, a partir de Ricardo Rosselló y las otras, los que nos quitan la alegría de futuro. Pero nuestra mejor venganza, como dice la canción popular, es la victoria de Jasmine Camacho-Quinn. Pensemos.