(San Juan, 11:00 a.m.) El pasado 24 de julio, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pronunció un discurso en ocasión del natalicio del libertador Simón Bolívar, ante el Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). En el mismo propuso la creación de una nueva organización para América Latina, tipo la Unión Europea, sin la injerencia de los EE.UU., y respondiendo a los intereses de los países de la región. De forma clara, así lo expuso, esto requiere dejar a un lado a la Organización de Estados Americanos (OEA).
Lo interesante de la propuesta, es que la misma ha sido recibida con regocijo y en silencio en el continente Americano. No ha sido rechazada. Por lo tanto, las palabras cuidadosas expresadas por el presidente mexicano, hará ya poco más de una semana, fueron escuchadas.
Ante lo interesante, lo revelador. En Puerto Rico, aparentemente, nadie escuchó a López Obrador. Nadie se interesó si este planteamiento le conviene a la lucha por la independencia de Puerto Rico. Por lo tanto, en Puerto Rico nos dedicamos a resolver los problemas inmediatos del colonialismo (la huelga de los camioneros, los contagios del Covid-19, la piscina de Rincón, los salones de clase en la apertura del 16 de agosto de 2021). A lo que parece que no nos dedicamos mucho, es a adelantar la independencia.
En otro momento, el independentismo boricua fue alta mente internacionalista. Andamos en baja en el momento actual. Eso es curioso, pues la iniciativa de Andrés Manuel López Obrador, si en algo nos beneficia, es en integrarnos a la lógica latinoamericana y caribeña, y no a la de Washington. Pensemos.