Cuba la gloria latinoamericana y caribeña de Tokio 2020

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Después de aterrizar en Tokio con su delegación más pequeña en las últimas seis décadas, Cuba ostenta hoy cifras históricas en el escenario olímpico, cuando el libro de relatos todavía exhibe páginas en blanco para nuevas proezas.

Cuando el tic tac de los relojes anuncia la cercanía del epílogo de la lid multideportiva, la comitiva caribeña sortea los obstáculos y cumple una faena -cuando menos- sensacional, como exponen las estadísticas, que esta vez no son frías ni subjetivas, y revelan una realidad palpable.

Tras la medalla de oro conquistada este viernes por el estelar boxeador Julio César la Cruz, en los 91 kilogramos, la mayor de las Antillas se convirtió en la sexta nación que logra seis títulos con un grupo de clasificados inferior a los 70 miembros desde la justa de Roma 1960.

Exactamente, Cuba viajó con 69 exponentes, y tal gesta solo fue alcanzada por Turquía en 1960 (49 atletas-siete doradas), Rumanía en Seúl 1988 (68-siete), Kenya en Beijing 2008 (48-seis), Irán en Londres 2012 (53-siete) y Jamaica en Río de Janeiro 2016 (56-seis), reflejan los historiadores.

De hecho, el contexto en Tokio es bastante favorable, porque el territorio latinoamericano tiene en los puños de Andy Cruz la posibilidad de engordar el número de coronas, cuando enfrente el combate final de los 63 kilos en el pugilismo de la capital nipona.

Cruz, considerado el mejor libra por libra del evento, chocará contra el fajador estadounidense Keyshawn Davis, pero todos los especialistas le otorgan un amplio favoritismo. Además, la isla todavía sueña en las aguas, con los canoístas José Ramón Pelier y Fernando Dayán Jorge, ambos en el C1 a mil metros.

A falta de 48 horas para el adiós de los llamados Juegos del Silencio, a causa de las medidas para enfrentar la Covid-19, Cuba, además, ya rindió su mejor actuación de los últimos 13 años, al superar los resultados de Beijing 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.

Hasta el momento, el balance en Tokio 2020 es de seis premios de oro, tres de plata y cuatro de bronce, por encima de lo sucedido en China (tres-10-17), Reino Unido (cinco-tres-siete) y Brasil (cinco-dos-cuatro).

Por demás, parece tener el camino bastante expedito para quedar entre los 20 primeros países del medallero general, que fue el objetivo planteado por las autoridades del Instituto Cubano de Deportes.

Todo eso sucede cuando la delegación caribeña marcha en el decimotercer lugar de la tabla, ratificándose como el segundo país (83-69-81) más laureado de todo el continente americano en la historia, detrás de Estados Unidos, y el líder entre todas las naciones hispanohablantes.

Tokio es, entonces, una nueva arrancada para recuperar el terreno perdido y hacer justicia a las décadas de hazañas de atletas que pasaron de simples mortales a leyendas dentro de un territorio deseoso de ver a sus hijos empinarse en el Olimpo de los dioses del músculo.