A propósito de Mayra Santos Febres… hágase la luz

Crítica literaria
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El primer libro que leí de Mayra Santos Febres fue “Sirena Selena vestida de pena” en el año 2000 y quedé perdidamente enamorado de ella.  Inclusive visité varios de sus Festivales de la Palabra, incluida la novena edición en el parque Luis Muñoz Rivera en medio de la oscuridad en que aún estaban algunas zonas de Puerto Rico tras el huracán María de 2017, donde anunció la publicación tres libros nuevos: Antes de que llegue la luz, sobre el huracán, Quién teme a la literatura y Mujer cumplida.  

En una entrevista con Winston Manrique Sabogal, el destacado corresponsal de “El Pais”, Mayra elabora:

¿Cuál es el concepto de libertad que asume, entonces?

M. Santos-Febres. Si antes era una libertad muy binaria, donde se peleaba contra el poder, ahora es una libertad que se logra a través de las alianzas. Al principio, empezó en mis obras Anamú y Manigua, en 1990, El orden escapado y en otros textos de cuento y poesía con esa libertad sociológica y política de la que he hablado. Pero, luego, en el 2000, con Sirena Selena vestida de pena empieza esa exploración de la libertad como negociación, como cambio de identidades fluidas, muy íntima.

W. Manrique Sabogal. Y a la vez colectiva porque los lectores se identifican con esas luchas interiores.

M. Santos-Febres. Están esas preguntas de cada uno acerca de cuál es su deseo real. Sirena Selena vestida de pena es una novela sobre los balbuceos del deseo, qué es lo que quiere la gente en realidad. Tiene a Hugo Graubel, por ejemplo, este magnate dominicano que lo tiene todo, pero le falta algo. ¿Por qué? Esa era la pregunta que me quería hacer. Me gustó mucho Sirena, ese sirenito, este hombre-mujer, este niño efebo-hombre y diva que transita tantas identidades porque es la ausencia, la carencia, el receptor de todos los deseos insatisfechos de las personas que pasan por su lado. Alguien lo ama, lo desea, lo besa, pero no sabe por qué… entonces ahí la libertad viene siendo otra cosa. Descubrí que las identidades son porosas, que tú no estás marcado por ninguna identidad genética sino por un performerque puedes cambiar de muchas maneras. Que una cosa es lo aprendido y lo socialmente esperado y otra los deseos y sentimientos sinceros sin prejuicios.

La vi personalmente por primera vez en la presentación del poemario de Lilliana Ramos Collado Últimos poemas de la rosa, (Erizo Editorial, 2013), en Casa Ruth en Río Piedras.  Me la señaló mi amigo Angel Dario Carrero.  Ella aplaudía a raudales a Lilliana y me quedé prendado de su alegría plena y robusta.  Nuestro segundo encuentro fué más personal y directo cuando junto al excelente fotógrafoDavid T. Diaz, Four Two Photography, visitamos la sede de Ballet Concierto para una entrevista conjunta con Roberto Rodríguez para El Adoquín Times.  Mayra se mostró exuberante y sin pena se retrató conmigo dando un tremendo Grand jeté.

Con emoción leí su poemario “Huracanada” y hoy me enfrento a “Hágase la luz”.

Amada Mayra, acabo de leer tu más reciente libro.  Todavía estoy haciendo una composición de lugar.  Ya mi amigo Fernando Gallardo Bustillos hizo una excelente reseña literaria para Casa Norberto en El Adoquín Times: “Esta obra reciente de la amiga y escritora Santos-Febres, la devoré en una noche hasta la madrugada, ya que siendo un vecino del barrio Machuchal de Santurce, vivimos relatos muy similares entre la llegada de los huracanes Irma y luego María, cuyo azote causó la pérdida de mi residencia ubicada a dos calles de la entrada de Ocean Park. En síntesis, aquí Mayra nos relata la experiencia que vivió junto a sus hijos durante estos huracanes en su apartamento art-seco, y los daños que vio ocasionados en las propiedades de frente a la playa hasta la calle Loíza.

Su libro está dividido en cinco partes, detallando los momentos de angustia sin la electricidad, y cuando en ella aflora la capacidad para sobrevivir y utilizar los recursos para reinventarse ante la adversidad. Una experiencia que vivimos todos los puertorriqueños y que, hoy en día, nuestro pueblo vuelve a confrontar con los constantes apagones y fluctuaciones de la luz. ¡Se va, vuelve, y se va! ¡Así que aprovechen a leer esta recreada y deleitable obra antes de que se vaya la luz otra vez!

Solo quiero decirte que en él te desnudas como nunca antes.  Por fin conocí a la verdadera Mayra con todos sus valores y sus miserias.  No lo considero una novela…es más bien un ejercicio de redacción en el cual te vas desahojando poco a poco mientras observas a Puerto Rico deshojarse al son de los vientos huracanados de María, hacienda uso de todos los muchos recursos literarios que tienes a tu haber.  

Hoy re-leí tu libro, no si fué a propósito o como quien no quiera la cosa pero me he re-encontrado con una Mayra espectacular…una real hembra que no deja de ser escritora, intelectual, madre, pero ante todo una mujer con todos sus deseos carnales y sus carencias espirituales…