(San Juan, 9:00 a.m.) Hay batallas que hemos ganado que pueden pasar por desapercibidas pero resurgen de forma espontánea en cada oportunidad que se le presenta. Y esa batalla ganada es el de nuestra nacionalidad puertorriqueña. Todos los puertorriqueños lo saben, lo intuyen, lo siente, nadie tiene que decírselo, saben que son puertorriqueños y que su nación es Puerto Rico.
La llegada de Jasmine Camacho-Quinn, lo confirma. Esta joven, nacida en Estados Unidos, de padre estadounidense y madre puertorriqueña, decidió por ella misma representar la nación de su madre Puerto Rico. Tiene tanta habilidad que podía representar no solo a Puerto Rico sino a cualquier país del mundo, pero por suerte para nosotros su amor a su madre y a la nación de su madre nos representó a todos nosotros todos los puertorriqueños.
Ese desprendimiento de ella, el pueblo puertorriqueño se lo está pagando con creces en este recibimiento del día de hoy. Miles la acompaña en su caravana, miles en toda la ruta de la caravana la saludan, le muestran su afecto y cariño. Es un día de amor recíproco entre una atleta que nos representó con dignidad y su pueblo.
Y nuestra nacionalidad, que nos sale por los poros porque la tenemos, la sabemos, la reconocemos, acompaña a Jasmine, con nuestra insignia nacional, nuestra hermosa bandera mono estrellada.
Batalla ganada. Gracias Jasmine Camacho-Quinn. Gracias por darnos la oportunidad de decirle al mundo lo que somos.