(San Juan, 12:00 p.m.) La transición impuesta por el gobierno de Washington en Afganistán ha sido un desastre. Ha sido caótica. En medio del caos de una evacuación masiva ante el cambio de régimen, surge un nuevo episodio de caos: dos explosivos fueron detonados hoy en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul. Sobre una docena de personas murieron. El caos se profundiza.
¿Por lo que ahora qué debemos de hacer? Luego de cerca de 100 mil personas evacuadas en los pasados 10 días, en vuelos diarios que no se detienen, que puede hacer uno. Lo mínimo respirar, lo máximo continuar facilitando una transición entre problemática y muy difícil, y garantizar que las vidas de todas las personas tanto dentro como las que se van de Afganistán, pueden vivir en paz.
La situación se ha complicado pues ya había adelantado el gobierno británico en el día de hoy que era inminente un atentado terrorista. Pues bien, ya se materializó. Ahora indican los servicios de inteligencia de Washington, que los mismos no se detienen. Por lo tanto, la crisis, del caos al caos, requiere cautela.
Lo que uno no puede es seguir celebrando la negligencia del gobierno de Washington, así como lo inoportuno del gobierno Talibán, en la sana administración de Afganistán. Ambas partes son responsables de una gobernanza no democrática en dicho territorio nacional del mundo. Lo único que queda ahora es garantizar el bienestar, la vida, de esos que viven y se quedan en Afganistán.