(San Juan, 1:00 p.m.) El pleito del pueblo de Puerto Rico contra el pasado presidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Urayoan Walker Ramos, y contra el pasado rector del recinto de Rio Piedras, Carlos Severino, inició el pasado martes en la sala 602 del Tribunal de Primera Instancia de San Juan. A ambos se les acusa, en resumen, de haber manejado incorrectamente las becas presidenciales en el año 2015. Esto dio paso, a distintas acusaciones de naturaleza grave contra estos es funcionarios de la UPR.
En este momento en el juicio han desfilado dos testigos de las ficales de la Oficina del Fiscal Especial Independiente (FEI). La primera, la decana de la Escuela de Derecho de la UPR, Vivian Neptune, y el segundo el profesor de la misma unidad, Carlos Díaz Olivo. La defensa, José Andreu Nieves, representa a Walker Ramos, y Frank Torres Viada, a Carlos Severino Valdés.
Lo doloroso de este caso, es que la Universidad de Puerto Rico había eximido en un informe interno del 2017, a ambos funcionarios. Por lo tanto uno se pregunta porque hay que participar en un espectáculo jurídico de acusaciones fundadas o infundadas, donde otros funcionarios públicos intentan que se declaren culpables a otros funcionarios públicos. Lo más doloroso de todo el caso lo es la ausencia de toda oficialidad de la Universidad de Puerto Rico. Ni a la administración central o a la rectoría de Rio Piedras, le parece interesar este caso.
Por lo que, uno espera que el caso se termine antes del miércoles de la semana que viene, y que se declaren no culpables a ambos académicos. No hay prueba para sostener su convicción. Es simplemente, un pasa tiempo de algunas personas, vinculadas estas al Partido Nuevo Progresista.