Abueleando [¡bien duro!]

Caribe Hoy

Ser abuelo significa que nuestros hijos e hijas ya han asumido la paternidad y maternidad.  Esa etapa de nuestros retoños marca el comienzo de una nueva etapa para uno, y es la de ser abuelo o abuela.  La etapa de abuelos, generalmente, es una de más libertad y disfrute.  Ello porque son los padres y madres de los nietos quienes son en primera instancia responsable por el bienestar de sus hijos e hijas.  Así que el rol de los abuelos puede ser uno de mas consentidor, distinto al de los padres que es de ser proveedores y disciplinarios.

Hace a penas dos semanas me estrené como abuela primeriza de un nieto saludable y hermoso (esto no lo digo porque sea mi nieto, es que lo es).  Ese nieto es una bendición, pero con su nacimiento me afecté con una fiebre de amor alta, condición que voy a llamar “abuelear”.  Abuelear es verbo que, se puede conjugar de distintas formas.  Una de las formas de este verbo particular es “abueleando”, que significa “jangear con los nietos”. Pues bien, me encuentro abueleando por unos días a ver si me baja la fiebre.  El asunto es que luego de que uno adquiere esta afección, la misma es incurable.  Al contrario, uno podría verse más afectado según los nietos crecen.

Abuelear es la parte chévere y voluntaria que nace del alma de los abuelos para con sus nietos.  Sin embargo, no podemos pasar por alto que hoy día muchos abuelos, se ven forzados a trascender ese rol, y les toca asumir el rol de padres o madres de sus nietos. Ya aquí la situación cambia porque a estos abuelos les toca volver a asumir el rol de criadores, cuidadores y/o proveedores de sus nietos; rol que en primera instancia corresponde a los padres.

En Puerto Rico, según un estudio del Instituto para el Desarrollo de la Juventud que toma datos de la Encuesta sobre la Comunidad de 2018 que realiza el Censo de EE. UU., hay más de 26,600 abuelos que tienen a su cargo atender alrededor de 33,900 menores.  Esta cifra ha ido creciendo como resultado de los cambios demográficos, y las necesidades económicas y laborales de los padres.  Otras razones por las cuales los nietos pasan a estar bajo el cuidado y cargo de sus abuelos van desde el maltrato y negligencia infantil hasta la muerte de ambos padres.

El problema estriba en que, al convertirse en cuidador de sus nietos, el abuelo o abuela puede verse en circunstancias difíciles que incluye tener recursos limitados, estrés emocional, aislamiento social e inaccesibilidad a servicios de apoyo. Muchos abuelos tienen que atender las necesidades básicas y especiales de cada nieto, lo cual pudiera incluir gastos en comida, artículos escolares y terapias psicológicas.  Así mismo, en estos tiempos de pandemia, a muchos abuelos les ha tocado el rol de convertirse en maestros escolares.

Bueno que el rol de los abuelos y abuelas es uno importante, positivo y de gran satisfacción en la vida tanto para los abuelos como para los nietos. Sin embargo, es importante mantener un balance saludable entre los roles de abuelos y padres.  A veces las circunstancias no dan otra opción a que sean los abuelos quienes asuman la crianza de sus nietos.  Sin embargo, mientras sea posible, deben ser los padres quienes sean los cuidadores primarios de sus hijos y a los abuelos o abuelas solo les debe tocar el rol de “abuelear” con sus nietos y nietas, que es nada menos que el disfrute puro y pleno del amor hacia los nietos sin mayores responsabilidades.