O´Neill regresa y se divide el PNP: fin del proyecto estadista

Política

(San Juan, 9:00 a.m.) Por alguna razón que no sabemos, los sistemas mediáticos y de
prensa, le dedicaron toda una semana a las elecciones especiales del municipio de
Guaynabo. Esto, a sorpresa, fue un manejo muy distinto a la “selección a dedo” en el
municipio de Cataño, unas semanas antes. Todo indica que la narrativa en Guaynabo
era de “vida democrática”, mientras en Cataño era una de “vida autoritaria”, ambas
narrativas legitimadas por el Partido Nuevo Progresista (PNP) y los sistemas
mediáticos.


Que nadie se llame a engaño, tanto el saliente alcalde de Cataño, Félix Delgado, como
el de Guaynabo, Ángel Pérez, son el resultado de una expresión institucional y
estructural de corrupción, que yace en el seno del PNP. ¿Alguien tiene duda, desde
fines del 1990, qué el PNP se asocia de forma directa y de forma consistente con
prácticas de corrupción continua?
La victoria de Edward O´Neill es un dato curioso en la mirada de ese partido sobre su
liderato actual. Lo más interesante es el apoyo que le dio Tomás Rivera Schatz al
ganador, mientras el resto del partido hizo silencio. La victoria de O´Neill representa un
golpe a la imagen de gobierno limpio que el PNP de Pedro Pierluisi, estaba tratando de
imponer en este momento. Recuerden, que la selección a “dedo” en Cataño, fue parte
de una estrategia para superar la cultura de corrupción. Pero en Guaynabo, el PNP de
Pierluisi fue derrotado.
Es momento de superar al PNP en todas sus dimensiones, Por un lado, porque en su
afán de alcanzar la estadidad están dispuesto a todo: al Cerro Maravilla, al asesinato
de Adolfina Villanueva, a la “masacre” de la huelga de la Universidad de Puerto Rico de
1981, pero tambien a los sobre 600 casos de corrupción ventilados en el 2021. El PNP
es un partido del pasado en Puerto Rico. Momento de desvincularnos de ese proyecto,
y afirmar que en la independencia hay una posibilidad de otro país. Pensemos.