La indolencia de los emperadores
del vuelo negro del ave.
Bailan, comen apio de pandemia;
beben los líquidos de la noche audaz y bullanguera.
Hijos hinchados de soberbia, cargados de respiradores.
Vuelven a sus casas como los hijos de puta
que celebran su inmunidad;
su insalubridad lúdica y violeta