De viaje...o el Alice en "Wonderland" boricua

Creativo

Oferta especial, 4 días y 3 noches, todo incluido, disfrute lo mejor del Caribe. Así leía la oferta. Esa era la descripción de los viajes que había tenido la oportunidad de hacer antes de salir por más de una semana de “mi viejo San Juan”. Éste, era un viaje  de 14 meses, Primera Parada: Nueva York, Segunda Parada: California. Lo llamé, un enfrentamiento con  los mitos y tabúes, que de joven escuchaba, como cuentos legendarios de la idea de un país.

Al parecer la globalización había acabado con el mito del taparrabo, pero había creado otros.  Algunos de mis compañeros me miraban con cierta compasión cuando repetía: -I’m from Puerto Rico-  Dorothy dejaba de ser un personaje mitológico, cuando como cosa extraña, me preguntaban por los huracanes. Yo me empeñaba en repetir “There’s no place like home.”

Me enfrenté a imaginarios muy diversos o personajes sin referente alguno. “Can you go there by train?”-me preguntaba una compañera. No, pero quién sabe y se somete como promesa de campaña. Lo cierto es, que de niña,  una de las razones para resistirme a la colonia era precisamente esa. ¿Cómo es eso de llegar a la capital de MI país en avión?

Ricky Martin como sinónimo de Puerto Rico, era una de las metáforas más comunes. Me preguntaron, sobre la música, la comida, las playas. -¿La arena es blanca?- preguntaban. -No, pero es más blanca que ésta--contesté. -Y el mar azul como el cielo- Uno da por sentado tantas cosas, como si fueran a estar ahí por siempre.

Luego de un verano en Nueva York y varias semanas en Puerto Rico, llegué a Los Ángeles. “We are not in Kansas anymore, Toto.” -¡Uyyy, pero que frío!, ¿Quién cara… va a la playa con este frío? ¿Y donde están los chicos fornidos y las chicas en bikini?  De septiembre a abril, la temperatura no subió más de 70 y pico. Me sentía como un verdadero alien, sólo conocí a un puertorriqueño, un sólo puertorriqueño que estaba estudiando, ¿adivinen qué?: Cine. Los Ángeles ciudad dividida, sí Crash no es precisamente una película de Ciencia Ficción. Allí conocí a los “surfers “  ¿Puerto Rico? OHH, good surfing in Rincón.” Jejeje, pues sí…eso dicen.

Otro de nuestros héroes mitológicos era  Daddy Yankee.  -¿Tu bailas reggaetón? Enséñame a bailar reggaetón. Mire mijo, es que a esa clase yo falté. El reggaetón se había convertido en “la música folclórica puertorriqueña”. La asociación era instantánea.

Más adelante en una reunión navideña, un inmigrante mexicano  de segunda generación, un ecuatoriano, un mexicano que llevaba diez años en Estados Unidos y yo, intercambiábamos historias  sobre nuestras tradiciones navideñas. En algún momento, entre el lechón y la torta de reyes, comenzó el interrogatorio.

-¿Qué es eso de Puerto Rico?-preguntan.

-Pues un país.-pensé.

-¿Cómo funciona?-preguntó otro.

-¿Son o no son?-continuaban.

Ya me había dicho otro compañero Mexicano, que había visitado Puerto Rico, que le gustaba la isla por las bellezas coloniales, similares a otros países latinoamericanos, pero con las “ventajas” de Estados Unidos.

-Entonces, ¿tu eres ciudadana?- Me preguntó Mr. Ecuador.

-Sí- respondí sin más remedio.

-Ósea, ¿que si yo me caso con una puertorriqueña…?-pregunta Mr. México con 10 años en Estados Unidos.

-Sí, sí, sí, eres ciudadano- interrumpí.

-Pero, ¿Cómo se siente la gente?- preguntó Mr. Ecuador.

Aja, la pregunta de los 64,000 chavitos.

-Pues Puertorriqueños, hay algunos  que se creen estadounidenses, pero son los menos y digo estadounidenses porque americanos somos todos-dije con una sonrisa en los labios.

Días más tarde, mientras compraba algunas cosas en Walgreens,  al enseñarle mi ID la cajera me pregunta.

-Puerto Rico?, What are you doing here? Isn’t pretty over there?

A lo que contesté.-Yes, yes It is.-

Pero a lo que no tenía respuesta era a qué estaba haciendo allí.  Pagué, sonreí y salí. Mientras me arreglaba el abrigo para protegerme del frío recordaba la arena blanca, bueno más blanca que ésta  y del mar, azul como el cielo.