"En mi Gobierno no habrá persecuciones políticas": Gustavo Petro

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Colombia ha sido el principal aliado de Estados Unidos en Suramérica. Principal bastión y cabeza de playa para hostigar al gobierno bolivariano de Venezuela. Habiendo sido el país con los gobiernos más incondicionales a las pretensiones hegemónicas imperiales, se convirtió en una especie de brazo ejecutor de sus políticas en la región. ¿Ante el temor de perder a su indiscutible aliado, dejará Estados Unidos gobernar a alguien con el historial de Petro sin ponerle grandes y peligrosos obstáculos?

Colombia es un país con una ruralía detenida en el tiempo donde todavía prevalecen relaciones feudales y semifeudales bajo una oligarquía militarista, corrupta, sádica y acostumbrada a gobernar. Esta oligarquía racista y acostumbrada por siglos a ser dueña y señora del país, no se cruzará de brazos ante la amenaza a sus intereses que representa, con sus políticas de cambio, Petro y la vicepresidenta afro descendiente Francia Márquez. Sin lugar a duda, la oligarquía anquilosada, en contubernio con la embajada americana en el país, tratará por todos los medios de hacer fracasar el gobierno de Petro. Esto es si antes no lo balacean o muere envenenado o de cáncer. No podemos olvidar el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán Ayala en 1948 y el efecto que hasta nuestros días ha tenido en la vida colombiana.

Ya el Secretario de Estado Antony Blinken, dorándole la pildora al presidente electo, felicitó al pueblo colombiano remarcando los valores, cooperación y seguridad que comparten ambas naciones.

Dice Gustavo Petro: "En mi Gobierno no habrá persecuciones políticas". Con toda seguridad, el gobierno de Petro puede garantizar que no haya persecuciones políticas, como hizo Salvador Allende en Chile. Lo que no puede garantizar es que no sufra persecuciones políticas, como las sufrió el Presidente Salvador Allende y el pueblo chileno bajo la dictadura de Pinochet.

Le esperan duros tiempos a Petro, y si no empodera al pueblo, está condenado al fracaso. Al igual que sucede con el gobierno de Pedro Castillo en Perú, no lo dejarán gobernar. ¿Será Petro la dura piedra que se necesita para lograr el cambio en Colombia o sólo es arcilla mojada? Está por verse.