Fragatas y festivales desde la bahía [para disfrutar la puertorriqueñidad]

Caribe Hoy

Este fin de semana largo ha sido uno de fiesta en los dos municipios que dan acceso a la Bahía de San Juan.  En el lado del Viejo San Juan se celebra el Festival Capital en conmemoración de los 500 años de San Juan, con la visita de buques escuela de Colombia, México, Uruguay y Brasil, y regatas. En el lado de Cataño se celebran las fiestas patronales en celebración de la Virgen del Carmen y como complemento al Festival Capital de San Juan. En ambos municipios hay conciertos, mercados artesanales y un sinfín de posibilidades gastronómicas para degustar.

 Como se anticipaba desde el viernes temprano en la mañana la entrada hacia la isleta de San Juan ha estado llena de visitantes que quieren participar de estas actividades, particularmente la visita a los buques escuela.  Para lograr ver estos barcos los visitantes han utilizado distintas estrategias. Hay quienes alquilaron habitaciones en el Viejo San Juan, otros dejaron sus vehículos estacionados desde el día anterior en San Juan o se usaron los transportes públicos para llegar. Hubo quien se trasladó en la lancha de Cataño, llegó en Vespa, bicicleta o scooter eléctrico.

Por supuesto, no faltaron los que llegaron por agua usando kayaks, tablas o motoras acuáticas.  En este grupo estuve yo.  Salimos desde la laguna del Condado hacia los muelles ubicados en el viejo San Juan donde estaban localizados las fragatas escuela.  El viento, el sábado en la mañana, estaba fuerte. En el camino nos encontramos con un sinnúmero de kajakeros.  Un grupo grande hizo el cruce desde Cataño.  Estos llevaban neveritas y estaban preparados para hacer un picnic en una de los espacios con arena que ubica detrás del aeropuerto de Isla Grande, que da para la bahía misma.

Mas tarde en la noche fuimos en Uber a Cataño, así evitamos las complicaciones de la entrada y el estacionamiento. Igual que el área de San Juan, estaba concurrido, pero era más fluida la entrada y salida del tránsito. La música estaba encendida, la vista al área de San Juan desde Cataño es espectacular y la brisa del mar una bendición. En ocasiones callo una lluvia liviana para paso rápido y la gente continuo su algarabía y su celebración.  Experimentar la belleza de nuestra isla y sus tradiciones es una experiencia indescriptible.  Esa sensación aliviana por un rato la pesadez de los problemas que enfrentamos a diario con los altos costos que se nos imponen y que nos están enseñando a vivir con frugalidad.  Disfrutemos de estos momentos de celebración de pueblo, cultura e identidad, y sobre todo de nuestra puertorriqueñidad.