Picando alante o en la lógica de Sartre… sin salida

Cine caribe

La fui a ver porque la madre de unos de los actores me la recomendó. “Está buenísima y la actuación de mi hijo es excelente”.  Así recomendamos las películas criollas en la tierra de Borinquen.  Por recomendación ancestral, libre de prejuicios.

Picando alante (Dir. Israel Lugo, Puerto Rico, 2022), es la más reciente producción boricua puesta en escena.  Es un proyecto bueno, con sus retos, aciertos y limitaciones.  De mi parte, simplemente disfrutar que la vi y como siempre,  recomendar que venga la próxima.

Interesante del filme, la dirección del actor Israel Lugo, conocido por muchos títulos previos como actor de cine (El Clown, El silencio del viento, entre otras), mientras que ahora incursiona, no siendo la primera vez, en la dirección.  Le quedó bien, en particular porque mantuvo el control de lo que quería decir, pese a que el guion ejecutado por momentos perdió dirección.

La trama sencilla, aunque ya un tanto repetitiva, en la que se narra la vida y milagros de una familia de clase media baja boricua que se las inventa para buscarse un peso todo el tiempo. Así las cosas, Marisol (Marisé Álvarez) la hija, se inventa que hay que vivir produciendo cannabis para suplir a los dispensarios.  Convence a toda su familia, y ahí comienza la “moña”. 

El padre, Elegido (René Monclova) se opone a todo, pero dentro del cuadro disfuncional de familia que tiene, no le queda más que asumir el golpe, y participar en el esquema de producir cannabis de manera ilegal.  Entonces, todos y todas en la familia participan del esquema, de forma ilegal, con las consecuencias que esto acarrea al final de la película.

De mi parte, esta película se reproduce previamente en Antes que cante el gallo (Dir. Ari Maniel Ortiz, Puerto Rico, 2016), ExtraTerrestres (Dir. Carla Cavina, Puerto Rico, 2017), y Yerba buena (Dir. Bruno Irizarry, Puerto Rico, 2020). En esta medida, le picaron alante en el tema, pese que la película innova en su final, el cual, si lo cuento delato como termina. 

Digo lo anterior, pues la película goza de muy buenas actuaciones (destaco a René Monclova, Juan Pablo Díaz y Marisé Álvarez), lo cual compensa de otros problemas y limitaciones del filme. Ahora bien, la conclusión es novel.  Novel para lo que se ha hecho en Puerto Rico, y sobre todo un planteamiento curioso para la formación ideológica de los productores, Teatro Breve y del realizador, Israel Luego.

Pero ya lo había planteado Jean Paul Sartre en su obre, Sin salida (no exit).  ¡La vida es complicá!