(San Juan, 1:00 p.m.) Escuchaba a Eliezer Molina hablando en un programa de radio completamente comercial y dentro de la cultura de entretenimiento. El muy querido por los comunicadores del programa, explicó cómo veía la alianza entre el Partido Independentista Puertorriqueño y el Movimiento Victoria Ciudadana. Sus palabras fueron muy mesuradas, y las mismas iban dirigidas a impulsar cualquier candidato que fuera honesto y trabajador para la Puerto Rico. Ojo, que Molina fue cuidadoso en endosar o no a la Alianza. Tampoco la ridiculizó como hizo el gobernador de turno, Pedro Pierluisi. Desde que el PIP y MVC anunciaron ayer formalmente la alianza, el proceso en la isla ha estado plagado de comentarios derogatorios y que descarrilan. El gobernador Piuluisi la tildó como confusa, y Jesús Manuel Ortiz del Partido Popular Democrático, la tildó de un engaño. Los programas de radio de la mañana de hoy han estado repitiendo ambas palabras, confusión y engaño. No lo hemos pensado, pero las narrativas para preservar la contiendia bi-partidista en Puerto Rico se construyen desde los propios partidos políticos hasta lo que se conversa en un cafetín. Pero hay dos ejes centrales del bipartidismo: por un lado los sistemas mediáticos y la prensa comercial; y por otro lado la voluntad de Washington. Ambos determinan de forma sigilosa, pero continua, el bipartidismo. Es mas fácil gobernar de esta forma, que con nuevos partidos que nos llevarían a otro nivel de soberanía e independencia, lo cual tanto deseamos. En el proceso, nos mantienen hablando tonterías, sobre Braulio Castillo y la obesidad, y de Ms Universe Puerto Rico, Karla Guilfu. ¿En serio? Como diría Ruben Blades con Wille Colon, hazme las maletas que me voy. Pensemos.